Llevamos varios días en el Valle de Katmandú y ya hemos visitado
Boudha, donde hay un asentamiento Tibetano con una de las
Stupas más grande del Nepal y también varios monasterios donde puedes asistir a una de las ceremonias donde a parte de oraciones, hacen sonar varios instrumentos como el inmenso bongo, los trompetines tibetanos o los platillos creando muchas veces un ruido ensordecedor pero que de alguna forma trasmite una calma y armonía que no se puede describir. Además, durante la ceremonia también lanzan arroz en medio de los pasillos para atraer abundancia y prosperidad, ya que para ellos el arroz simboliza estas cosas.

Además de Boudha, hemos visitado la
Durbar Square (Plaza del Palacio) de Katmandú donde hay un sinfín de templos sobre todo hinduistas (arriba foto del dios águila Garuda guardando la entrada de un templo).

Incluso hemos conocido a una Diosa viviente. Y es en que uno de estos edificios emblemáticos se halla una
Kumari. Una niña de entre 4 y 11 años que tras pasar un riguroso proceso de selección entre varias candidatas se proclama
Kumari Devi (Diosa Kumari) y es venerada como tal. Todos los días sobre las 12 del medio día, hace una breve aparición en un balcón que no suele durar más de un minuto. Por supuesto, no se pueden hacer fotos bajo multa estrepitosa de 500$ a parte de confiscarte la cámara. Eso sí, a la salida del edificio donde habita tan singular "persona", puedes comprar postales con la cara de la Kumari. ¿Cómo lo habrán hecho la foto si está prohibido? ... Dejémoslo aquí. La verdad es que no me gustaría ser esa niña, ya que durante toda su niñez estas encerrada en un edificio donde solo tienes contacto con las personas que te cuidan como una diosa. Pero cuando tiene su primer período o tiene una perdida de sangre abundante su "status" cambia radicalmente. En ese momento eligen a otra Kumari y esta adolescente queda "libre". Pero en Nepal tienen la creencia quedarte con una ex-Kumari o casarte con ella trae mala suerte. Así que quedan solteras de por vida y creo que le dan una especie de paga vitalicia con la que se sustentan. Un guía explicó que ahora las leyes han cambiado y las Kumari's "modernas" si que se casan, pero me parece que eso solo lo dicen para "lavar" la cara da una costumbre ancestral delante de los turistas, pero en realidad siguen solteras de por vida.

Katmandú, como toda ciudad oriental, es ruidosa, sucia, abarrotada de gente y bastante contaminada. Pero creo que no me equivoco si digo que es un poco menos que algunas de las grandes ciudades de la India en las que hemos estado como New Delhi, Bangalore o Benares. La verdad es que cada vez nos gustan menos las ciudades y preferimos ser acogidos por pueblecitos más pequeños donde la gente es más amable, las calles no están tan sucias y llenas de gente, y los sonidos del tráfico son llevaderos. Por eso, hemos decidido alojarnos en Boudha a unos 4Km del centro del Katmandú. Desde aquí también hemos visitado
Patan, con su Durbar Square (foto arriba) que puede ser igual o más bonita que la de la propia capital y donde los templos y edificios han conservado muy bien el estilo Newari (la casta más alta, y más rica del Nepal).

Por último, hoy nos hemos levantado pronto para ir al
Pashupatinath Temple (foto arriba) a parte de haber varios templos sólo para hindúes (o sea que no hemos podido entrar), también hay varios
lingam (símbolos fálicos) alineados en representación de Siva (Dios creador y destructor), y unos ghats donde queman a las personas siguiendo el rito hindú. Los crematorios están al lado del río Bagmati, considerado sagrado con el Ganges de la India. En nuestra breve instancia, encontré a un "autóctono" que hablaba un italo-español bastante comprensible que me explicó algunas cosas interesantes. Según parece hay dos zonas de crematorios. La zona alta del río está reservada para las personas importantes o con dinero, y la zona baja para el resto. Para quemar un cuerpo se necesitan entre 300 y 500kg de leña. Pero la leña debe ser especial ya que no sirve la misma que se utiliza para cocinar. Las personas con menos recursos suelen comprar una leña más barata y con unas 3.000 a 6.000 RsN pueden conseguir suficiente leña. Los ricos utilizan madera de sándalo (considerada por los induus un árbol sagrado con el que también hacen incienso) y puede costar entre 9.000 y 18.000 RsN. También me explicó que para que los cuerpos ardan mejor se rellenan en el abdomen y en el pecho con paja o hierba seca.
Por otro lado, los
Babas (hombres sagrados) y los bebes de menos de 6 meses que mueren no son incinerados, sino que se les entierra. Según parece, a los primeros se les considera que al llegar al estado de hombres sagrados habiendo dedicado su vida a la meditación y a la religión, han terminado con los
ciclos de vida-muerte-reencarnación y, por lo tanto, su cuerpo ya no necesita ser quemado. El resto de los mortales, se les quema el cuerpo para acelerar ese proceso y liberarse lo antes posible de este ciclo.
Desde la orilla de enfrente pudimos presenciar como estaban quemando un cuerpo, y la verdad es que tampoco me impresionó en exceso, aunque desde nuestro lado no se olía a la carne chamuscada.

A parte de explicarme esto, mi "guia improvisado" también me llevó a conocer una comunidad de Babas que vivía en las inmediaciones del templo. Allí pude asistir como estos hombres estaban pintándose todo el cuerpo con cenizas blancas y otros colores como púrpura y amarillo para que los turístas los fotografiaran. Y es que su modo de vida depende de las limosnas que los fieles y del dinero que les dan los turistas por "posar" para ellos. El resto del día lo dedican a meditar por las mañanas después de haberse fumado un "cigarrito" de mariguana o hachis, y a tomar té por las noches, ya que según me explicó, no comen muchos alimentos. Con una dieta a base de "Maria" y té no me extraña que alcancen la iluminación. Fuera bromas, la verdad es que me recibieron de forma muy apacible, y sus ojos delataban un estado de paz interior y sino juzgad por vosotros mismos en la foto.
Yo estaba como pez en el agua disfrutando de cada momento en este singular lugar, pero a Noe no le apetecía pasar el día de su cumple entre "muertos", así que nos dirigimos a
Baktapur. Una ciudad medieval a unos 20 Km al este de Katmandú donde a parte de tranquilidad y sosiego, también pudimos ver como algunos antiguos oficios todavía perduran en países como Nepal. Encontramos la
Pottery Square donde estaban amasando la arcilla, haciendo cacerolas de barro y dejándolas secar al aire libre en medio de la plaza.

Por la tarde volvimos al Hotel, y mientras Noe se hacia un tratamiento en el Spa, yo aproveché la oportunidad para salir en busca de su regalo. Y es que después de tres meses juntos, no había tenido muchos momentos solo para comprarlo. Fui alrededor de la
Stupa Tibetana de Boudha (foto arriba), ya que está llena de tiendas, y me encontré que había una manifestación pacífica en pro de la liberación del Tíbet. Resulta que el 1 de octubre al 10 de octubre se celebra el 60 aniversario de la República China y el gobierno chino había decidido cerrar la frontera para tenerlo todo controlado y evitar "problemas" de cualquier tipo. Pues bien, me uní a la manifestación que consistía en portar una vela encendida dándo tres vueltas alrededor de la Stupa mientras cantabas el antiguo mantra "
OM MANI PADME HUM". Al final se dijeron algunas palabras en tibetano y se terminó con tres gritos un poco ahogados pidiendo la liberación de este país. En realidad, la situación es muy triste y se puede observar en sus caras la impotencia y resignación que siente este pueblo, mientras el gobierno chino destruye día a día sus costumbres, su lugares sagrados y su forma de vidad, imponiendo la cultura china a base de fomentar la inmigración a esta parte del país. Algunos viajeros que nos hemos encontrado en nuestro camino nos ha comentado que en Lasha ya hay más chinos Han que Tibetanos. Debido a este tipo de cosas, de momento hemos decidido no ir al Tíbet y disfrutar de esta cultura en los pocos lugares como Boudha donde parecen que los tibetanos están más libres.

Para finalizar el día, nos fuimos a uno de los mejores restaurantes de Katmandú donde celebramos
el cumple de Noe rodeados de un lujo y unas atenciones que ya no estábamos acostumbrados en nuestra vida de mochileros. Pero a lo buenos se acostumbra rápido el cuerpo. Una ensalada de rúcula con calamares y queso parmesano nos hizo volver a occidente en unos instantes. Luego unos solomillos con salsa roquefort regados con un buen vino tinto francés nos termino de llevar en nuestro "viaje" gastronómico. Para finalizar un
couland de chocolate hizo nuestras delicias como guinda a nuestra velada. Además, el restaurante le trajo a Noe un pequeño pastel de cumple con velas incluidas para que soplara sus treinta y tantos cumpleaños (ya sabéis que no se puede decir la edad de las mujeres.