En Colombia la noche de Halloween
se celebra al más puro estilo americano. Los niños y mayores se disfrazan y van
pidiendo “truco o trato” para recoger caramelos. Lo que en lugar de ir por las
casas, se hace por centros comerciales y tiendas.
Nosotros hicimos una adaptación
de nuestra querida castañada, pero sin castañas, ni boniatos ni panellets.
Organizamos una fiesta en casa. Mi querido amigo Claudi, artista donde los
haya, me ayudó con la invitación:
Con semejante presentación hicimos
casi un pleno de toda la gente que invitamos. En la fiesta había brujas, el
increíble Hulk, el zorro, una sexy policía, un sheriff que no paraba de beber, una chica Ye-Ye, dos abejitas, una mariquita, una princesa, un caballero, Luke Skywalker, un pirata, tres
monstruos y muchas ganas de diversión.
El comedor estaba lleno de
telarañas, arañas-hormigas y brujas voladoras.
Para cenar preparé sushi, unas
cocas de verduras, paté de aguacate y Raquel se curró tres tortillas de
patatas. De postre preparé un monstruoso pastel de arañas mortíferas y gusanos.
Y pudimos degustar fantasmas y dedos sangrientos. Ah, y como guinda unos
mojitos de fresa recién preparados, especialidad de la casa desde ese día.
Pasamos una divertida noche con
nuestros nuevos amigos colombianos y españoles. Creo que todos nos quedamos con
ganas de repetir, aunque la próxima será probablemente con motivos navideños.
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