lunes, 15 de febrero de 2010

SOBREVOLANDO GLACIARES

Una de las mejores maneras de apreciar la belleza de un glaciar es sobrevolarlo. Hoy hemos llegado a Fox Glacier y hemos ido a la oficina de turismo donde te ofrecen varias opciones para volar sobre el glaciar, todas ellas en helicóptero. Así que a las 11.00h estábamos listos para coger nuestro vuelo. Nunca habíamos subido a un helicóptero y teníamos muy buenas expectativas. Nos han llevado en furgoneta hasta el helipuerto y hemos tenido que esperar un rato hasta que aterrizara el anterior grupo de turistas. El helicóptero se ha ido acercando y cada vez había más ruído y mas aire. Algunas gorras han volado y es que las aspas del helicóptero mueven una gran cantidad de aire. Cuando han bajado los turistas todos lucían una gran sonrisa y no paraban de decirnos: "¡Os va a encantar!". La cosa prometía.

El helicóptero tiene espacio para 7 personas incluyendo el piloto: 3 asientos delante y 4 asientos detrás. Tras un breve briefing de lo que hay que hacer y lo que no ha llegado el momento de subirnos. El piloto nos ha hecho subir a Pepe y a mí delante y al resto de pasajeros detrás. Nos han colocado unos cascos sobre las orejas y nos ha preguntado si estábamos listos. ¡Por supuesto!. Las hélices han empezado a girar con más y más fuerza y poco a poco el aparato ha ido elevándose del suelo. Parecía tan ligero,... Enseguida hemos estado a una altura considerable. El suelo tiene partes transparentes y eso te permite ver claramente lo que hay bajo tus pies. La primera parte del trayecto hemos sobrevolado alfombras de bosque verde y poco a poco nos hemos ido acercando al hielo. La parte superior hace una forma similar a un pastel de merengue, tan blanco y espumoso.
No podíamos borrar la sonrisa de nuestra boca. Hemos estado largo rato sobrevolando el primero de los glaciares: Fox Glacier. Después hemos ascendido la montaña cada vez más y más alto y de repente la montaña se ha terminado y hemos tenido frente nuestros ojos el Franz Josef Glacier y tras él los majestuosos Mt. Tasman y Mt. Cook. Todos hemos hecho un "oohh" por la maravilla que teníamos frente a nuestros ojos. El día nos ha acompañado y bajo un cielo azul y un sol alegre teníamos todo un mar de hielo.

El momento culminante ha sido cuando hemos aterrizado sobre el glaciar. Hemos andado sobre él, nos hemos hecho fotos y ha habido tiempo para hacer una pequeña guerra de nieve. Encontrarte tan arriba, sobre el hielo y casi tocando el cielo.
Para el viaje de vuelta, nos hemos puesto en los asientos traseros. Hemos pasado cerca de una cascada cuya agua parecía evaporarse en una nube de vapor. Ha habido un momento en el que hemos descendido tan rápido que a todos nos ha dado un vuelco el estómago. Ha sido una sensación similar a la que te provoca la primera bajada del "Dragon Khan" en Port Aventura.

El helicóptero es ligero, al menos su estructura lo parece y eso te hace apreciar mucho más la sensación de volar, de deslizarte por el aire, de surcar el cielo. Nos ha encantado. Al aterrizar de nuevo, el aire movido por las hélices han curvado los árboles y las hierbas e incluso nos ha venido a dar la bienvenida a tierra un perro aviador.