lunes, 28 de diciembre de 2009

GILI AIR: VACACIONES DEL VIAJE



Las Islas Gili son un conjunto de tres pequeñas islas que se encuentran al noroeste de Lombok desde las que se puede divisar los impresionantes volcanes de Gurung Anang de Bali y Rijinai de Lombok. La más grande de ellas y también a más turística es Gili Trawangan, luego se encuentra la Gili Meno que posee un pequeño lago en medio y la Gili Air, nuestro paraíso.


Imagínate una pequeña isla en medio de océano pacífico, imagínate sus trasparente y cálidas aguas, imagínate una barrera de corral alrededor de toda la isla llena de peces de vivos colores, imagínate sus palmeras y cocoteros como guardianes del cielo de la isla, imagínate que empiezas a caminar por sus blancas playas formadas por restos de coral y antes que te des cuenta has vuelto a tu punto de partida. Te lo has podido imaginar? Pues así es Gili Air.




Con este panorama por delante, lo único que puedes hacer es descansar. Así que alquilamos un bungalow a primera línea de playa, dejamos las mochilas y nos recostamos en la hamaca de su porche a ver pasar los días, mientras nuestra única preocupación era qué desayuno elegir; pancake o huevos fritos, qué zumos de frutas saborear; banana, mango, papaya o sandía, o qué cerveza tomar; grande o pequeña mientras veías sus maravillosas puestas de sol. Y aquí, en medio de la nada, hemos dejado pasar una semana observando los preceptos de la vida contemplativa.

ESTAS HAN SIDO NUESTRAS VACACIONES DEL VIAJE.


Pero después de 6 meses de trenes, autobuses, aviones, hoteles, guest houses, templos, mercados, montañas, valles, ríos, … era difícil frenar en seco, y esta isla aunque parezca pequeña tiene algunos tesoros escondidos, y ellos no se podían ver a simple vista sino que tenias que zambullirte en sus cálidas aguas para descubrirlos. Para ello, el mejor momento es a medio día cuando el sol está en el punto más álgido y sus rayos penetran perpendicularmente en el mar. Entonces te pones los pies de pato, las gafas de agua y el tubo y cuando sumerges descubres un mundo multicolor completamente diferente al que estamos acostumbrados. Los arrecifes de coral se extienden por toda la costa de la isla formando un hábitat inigualable para sus huéspedes habituales. Puedes ver formaciones en forma de cuernos de reno de color lila, ocre y rojo, también hay algunos corales en forma de seta, otros parecen celebros gigantescos desdibujando sus surcos característicos. Pero solo los edificios de una urbe submarina donde habitan criaturas de muchas formas y colores. Puedes ver pequeños peces de colores color azul eléctrico, las anémonas donde habitan familias de nemos de color naranja y blancos, peces payasos de franjas negras, blancas y amarillas, peces agujas, estrellas de mar de diferentes colores, peces que parecen que tienen el arcoíris pintado en sus escamas, orugas de mar, morenas asomando solo la cabeza en su escondite, conchas de colores azules y naranja y un sinfín de diferentes seres vivos que la naturaleza ha creado en tan bello entorno. Algunas veces era irresistible la tentación de formar parte de ello, así que tomando todo el aire que cabe en los pulmones, descendía algunos metros para contemplar el espectáculo de cerca. Lo más curioso de todo es que estas criaturas no huyen al verte allí, incluso algunos viene a mirar estupefactos que hace un “pez” de esas dimensiones nadando tan “torpemente”. En ese momento, sonríes y le dices hola, pero te das cuenta que empieza a faltarte el preciado oxigeno y tienes que volver a la superficie, y cual ballena expulsas todo agua que ha entrado en el tubo con una fuerte exhalación y vuelve a coger oxigeno para volver a bajar a explorar esa vida tan diferente e interesante. Todos los días iba a visitar a mis “nuevos amigos” regocijándome horas enteras practicando snorkel en los arrecifes de coral, y aún así cada día veía un nuevo pez que otros días no había visto.


Un día contratamos un tour que te llevaba en barca a visitar los arrecifes de coral de las islas Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air, nuestra isla. Cuando llegamos a la isla Trawangan había simpático animalito que todavía no habíamos visto en nuestras incursiones marionas. De repente vimos un pequeño “platillo volador” que emergía pausadamente de las profundidades marinas y se disponía a comer trocitos de coral, y cuando nos acercamos pudimos comprobar que era una tortuga marina que medía alrededor de 50 cm de diámetro. Yo incluso me atreví a descender a su lado para poder tocarla, y descubrí que aunque no le gusta que la molesten mientras come (a quién sí? ), no salía huyendo despavorida sino que se movía con relativa lentitud que permitía acompañarla en su viaje submarino hasta donde tus pulmones lo permitía. Fue muy divertido.




viernes, 25 de diciembre de 2009

NAVIDAD EN UBUD

 Es Navidad, pero ni ha venido un hombre barbudo de rojo y blanco a dejar regalos debajo del árbol adornado con espumillón y luces, ni se oyen villancicos en las calles y tampoco hace ni frio. Y es que estas Navidades son de lo más atípicas.



Así que nos hemos levantado con ganas de seguir nuestro viaje y descubrir los lugares escondidos en Ubud, el corazón de Bali. A primera hora hemos visitado la Goa Gajah o Elephant Cave, una cueva que había permanecido escondida entre la espesa vegetación de la selva hasta el año 1920 cuando un explorador británico la descubrió. Este complejo está compuesto por una cueva, unos baños y un templo. En la entrada de la cueva hay una cara gigantesca de un demonio por la boca del cual accedes a la cueva en forma de T. Dentro de la cueva están la imágenes de Ganesha (el dios Elefante), de Visnu (respesentado por un lingam) y Saraswati (la diosa de la sabiduría). En los baños hay dos pequeñas piscinas alimentadas por seis figuras con cantaros en las manos de los cuales sale el agua que alimenta las piscinas, aunque el agua nunca llega a llenar las piscinas ya que el agua se escurre entre las grietas creadas por el paso de los tiempos. Y es que este complejo se trata de uno de los más antiguos de Bali fechado alrededor de hace mil años.


Después de visitar el complejo, nos hemos internado por un sendero que discurría por una verde y frondosa rivera para llegar al Yeh Pulu, una pared llena de esculturas que data de la misma época que la cueva. Pero a mitad camino nos hemos encontrado con un … hombre que iba vestido con unas ropas naranjas como un monje budista, aunque había algo raro en él que hacía dudar un poco de sus hábitos. Tras consultar cual era la dirección para llegar a Yele Puluh, nos indicó que cogiéramos un sendero escarpado y muy empinado que nos dirigía directamente al riachuelo que es oía tras la vegetación, y en el momento que hemos empezado a descender nos hemos dado cuenta que nuestro “holy man” empezaba a descender con nosotros. De repente el estrecho sendero parecía que no continuaba, pero nuestro “amigo” estaba allí para indicarnos unos pequeños peldaños esculpidos en la roca a modo de escalera que permitían llegar a un puente de bambú. Bueno, no sé si se puede llamar puente a tres cañas de bambú colocadas sobre los dos extremos del rio y unidas por lianas. Nuestro “guía” tomó en ese momento la iniciativa de mostrarnos que el puente, aunque parecía a punto de desmoronarse, aguantaba sobradamente el paso de los transeúntes que se atrevían a aventurarse por aquellos parajes. Tras cruzar el puente, nos adentramos rio arriba saltando por encima de las inmensas rocas que reposaban en medio del cauce frenando la fuerza de las aguas que descendían por el riachuelo. De repente, nuestro “guía” se para en medio de una de esas rocas y nos muestra a la derecha del rio tres puertas inmensas esculpidas en la roca por detrás de las cuales también descendía las aguas del rio. Era curioso ver como el agua entraba por la primera puerta y salía por las otras dos. Al acercarme un poco a las puertas, me percaté de sus grandes dimensiones y de la pericia de los artesanos que las esculpieron ya que difícilmente se pueden construir andamios en medio de aquel rio. Nuestro guía nos explico que cada puerta representaba a los tres dioses más importantes de la religión Hinduista, que son Brama (Creador), Shiva (Destructor) y Visnu (Protector).  No me extrañaría que estas puertas fueran hechas por obra de los Dioses, y es que según la leyenda local, tanto la Elephant Cave como Yeh Pulu, así como estas construcciones fueron hechas en una noche por manos de un Dios, y si no juzgad por vosotros mismos en las fotos.


En aquel lugar también pudimos observar como nuestro “guía” tenía algunos tics nerviosos tanto en las manos como en la cara que te hacía dudar de su buena salud mental, aunque quienes somos nosotros para juzgar la salud mental de un hombre así, ya que como siempre depende del punto de vista del que lo mires. Seguramente desde su punto de vista, nosotros tampoco estaríamos muy cuerdos. Eso sí, sin pedírselo se nos subió a unas rocas y se puso a hacer varias posturas incitándonos a hacer varias fotos de los más originales. Cuando regresamos, le ofrecimos una pequeña propina que a punto estuvo de rechazar por considerarla insuficiente. O sea, que aunque parecía un poco loco no estaba nada tonto.


Al volver también nos dimos cuenta que no habíamos llegado a Yeh Pulu, así que tuvimos que caminar otra media hora para encontrarlo. Allí, en medio de los arrozales y a la intemperie se encuentra uno de los frisos más antiguos y enigmáticos de todo Bali. Hay figuras de Karuna, Ganesha  y otros dioses hinduistas, mezcladas con escenas de la vida cotidiana de aquella época. Al llegar allí, una amable anciana se ha prestado a mostrarme como hacer una ofrenda a los Dioses, para arreglo seguido pedirme una limosna, pero como no llevaba dinero suelto no le he ofrecido, toda su amabilidad se ha vuelto tosquedad a pesar de mis explicaciones en ingles que por supuesto que no entendía. Cuando ya me iba, me ha perecido que esbozaba una sonrisa como diciéndose a si misma: “Estos turistas ya no muerden el anzuelo”.



Como todavía era pronto, nos fuimos al pueblo de Tampaksiring donde se encuentra el templo Gunung Kawi. En medio de una ribera, como el templo anterior, se encuentran un conjunto de 10 esculturas en forma de templo cinceladas en la roca caliza de los cuales hay 5 en una pared, 4 en la pared justo enfrente a la otra orilla del rio, y luego hay una escultura solitaria un km rio abajo. Como en los templos anteriores, no se sabe muy bien que representan ni cuando fueron hechas, pero datan de épocas parecidas. La hipótesis más aceptada es que pertenecen al complejo funerario de King Anak Wungsu y sus mujeres. Y es que esta zona de Bali aglutina muchos de los tesoros más antiguos de esta isla y de sus civilizaciones.

Con tanto, templo y excursión nos habíamos olvidado de comer en el día de Navidad. Así que cambiamos la típica comida copiasa de Navidad con entrantes, langostinos, gambas, pavo, turrones y cava por unos fideos fritos con verduras, pollo y tempe con un té frio para beber. Seguramente no estaría tan bueno, pero a nosotros nos supo a gloria y todo ello por unos 3€ los dos. Barato, barato.


Por la tarde fuimos a visitar el Monkey Forest. Este bosque a pesar de estar cerca de la ciudad de Ubud reluce lleno de vida tanto la que emana de los inmensos Bayan Trees como de los simpáticos animalitos que te acompañan en todo tu visita, sobre todo si llevas algún apetitoso plátano. Muchas veces parece que posan para las cámaras pudiendo ver a mamas escudriñar los piojos de sus pequeñuelos, guardianes encima de las columnas de los templos y otros comiéndose el plátano a dos manos sentados en medio del camino. Pero aunque parezcan inofensivos, muchas veces se enzarzan en pequeñas carreras persiguiendo a los turistas que llevan demasiados plátanos en la bolsa y que no los comparten con ellos. En definitiva, es mejor ir sin bolsas y disfrutar de ver como persiguen a otros turistas.



Bueno, para ser el día de Navidad habíamos hecho muchas cosas. Así que decidimos darnos un lujo reservando hora en una Spa para recibir un masaje balines que nos pusiera todos los huesos en su sitio después de tanto ajetreo. Ahhh, si vienes a Bali no dejes pasar la oportunidad de probar este masaje a base de aceite y presiones por todo el cuerpo. Relajante al tiempo que energetizante.

jueves, 24 de diciembre de 2009

NOCHEBUENA



Parece mentira, pero con tanta excitación de la mañana nos habíamos olvidado que era noche buena y que se debe respirar paz y amor entre todos. Pero la verdad es que no tenemos nada la sensación que sea Navidad. Ni hace frio, ni hay árboles de Navidad, ni nos han bombardeado con anuncios de colonias, ni hemos hecho ninguna compra de regalos, ni nos hemos emborrachado en la comida de empresa, ni nos hemos discutido para ver qué días pasamos con unas familias o con otras, ni un sinfín de cosas típicas de estos días. Pero sí, aunque estemos en la otra punta del mundo y haga un calor veraniego, en estos días es Navidad.


Así que después de nuestro altercado volcánico, nos hemos dirigido hacía la turística y artística Ubud, situada a 50 km al norte de Dempasar. Esta ciudad está llena de hoteles de super-lujo, restaurantes exquisitos y galerías de arte. Parece que estemos en París, solo le faltaría la torre Eifel. Nosotros hemos decidido darnos un pequeño lujo por estos días. Así que después de descansar por la tarde en nuestro humilde pero acogedor bungalow,  nos hemos ido a pasear para decidir en qué restaurante nos íbamos a dar nuestro particular banquete de Nochebuena. Las opciones eran muy variadas. Desde cocina europea, creativa, de fusión hasta marisquerías con unas langostas increíbles. No ha sido fácil la elección, pero nos hemos decantado por el Restaurante Mumbul.  Nuestro menú ha consistido en unos calamares con alioli y una pequeña parrillada de marisco todo ello acompañado de un vino blanco afrutado de Bali. Luego hemos tomado un solomillo y un atún marinado regado esta vez un vino tinto también de la isla de los Dioses, y para postres, un delicioso Coulan con helado de vainilla y frutas exóticas. Un carajillo de Bayles no podía faltar en la sobremesa que aquí lo llaman Brazilian Coffe.

Para finalizar nuestra velada, hemos tomado una cerveza en el Buddha Bar donde un grupo amenizaba el ambiente con música en directo, y un subalterno también saltó al ruedo con su armónica deleitándonos con un blus como final de concierto.

VOLCAN EN ERUPCIÓN



Gunung Batur Area es una zona como un inmenso bowl donde en el fondo está cubierto un lago y alrededor hay un conjunto de volcánes, algunos de los cuales todavía están activos. El más importante y se llama Gunung Batur cuya altura es de 1717m sobre el nivel del mar. El paisaje no tiene desperdicio porque mientras en las zonas más altas y las laderas del volcán están cubiertos por una tierra negra producto de la lava que fluyó en su día, en las zonas más bajas se extiende el lago Danan Batur donde los campensinos han aprovechado su tierra “virgen” para sembrar campos enteros de hortalizas.

De hecho, la mayor atracción de la zona es ver la salida del sol desde lo alto del volcán Gurung Batur, mientras la silueta de la montaña Gunung Abang situada justo enfrente se refleja sobre las cristalinas aguas del lago.


A pesar de ser una de las atracciones más turísticas de Bali, también es una de las más peligrosas (y no solo por el volcán). El volcán ha tenido más de 20 errupciones desde 1824, cuatro de las cuales han sido terriblemente devastadoras. La última de las cuales tuvo lugar en 1963 y la de 1926 hizo desaparecer por completo el pueblo de Batur que se hallaba originalmente en la ladera del volcán. Ahora ha sido reconstruido en una lugar un poco más apartado. El volcán está considerado activo, sobre todo la parte más este donde hay algunas chimenas que sueltan todavía bocanadas de humo y también hay algunos pozos por donde rezuma el azufre. No obstante, si vas a la zona turística el camino está bien indicado y no tienes porque más problemas que algún trocito de piedra volcánica entre en tus zapatos.

Aprovechándose del peligro que ello supone, hay una organización llamada HPPGB (Mt Batur Tour Guides Association) que se encarga de organizar las excursiones a lo alto del volcán. De hecho tiene una especie de monopolio montado que “literalmente” prohíbe que ninguna persona pueda acceder al volcán sin un guía de dicha asociación, y como os podéis imaginar el guía no sale barato. Para que os hagáis una idea, gana lo mismo un guía en unas 4 horas que dura la excursión que un camarero del Hotel Meliá de Bali en una semana. No está nada mal, ehhh. Nosotros después de preguntar en nuestro hotel e incluso ir a dicha organización nos percatamos de que iba la historia. Allí nos “informaron” que era una zona de mucho peligro y que incluso en el 2000 murieron dos turistas que iban solos, enseñando las fotos del suceso. Todo ello para ponerte el miedo en el cuerpo, es increíble como funcionan. Nosotros decidimos NO PASAR POR EL ARO, e ir por nuestra cuenta.



Como os podéis imaginar, para ver la salida del sol desde lo alto se tiene que madrugar un poco ya que el sol sale sobre las 6:00 am y hay más de una hora de ascensión por un sendero de rocas volcánicas en plena noche. Así que a las 4:30 ya estábamos en pie, listo para nuestra ascensión en solitario. Cogimos la moto para acercarnos a un pueblo llamado Songan cerca de la ladera norte del volcán donde la ascensión, aparte de ser más segura, también resultaba más corta. Durante el trayecto, se nos acerca otro motorista y nos pregunta dónde íbamos, como si le importara. Nosotros nos hicimos los suecos y no le respondimos. Pero el tío de la moto empieza a seguirnos, yo, entonces, reduzco la velocidad para que pasara. Pero el tío, se acerca a nuestro lado y nos dice de muy buenas maneras, al principio, que le siguiéramos que él nos conduciría hasta el parking donde comienza el sendero de subida al volcán. Yo ya había leído esto en la guía, y es que los guías de HPPGH también circulan por la noche para interceptarte por si intentas subir al volcán por tu cuenta.


Nosotros le decimos que sólo queremos hacer unas fotos de la salida del sol y que no necesitamos guía para eso. Entonces, el tio ya empezó a ponerse “borde”, diciendo no estaba permitido subir solos al volcán y que necesitábamos un guía para ello, pagando la costosa tarifa de sus servicios. Nosotros le dijimos que ya lo sabíamos, pero que nuestra intención solo era hacer algunas fotos, sin subir al volcán. Todo ello para conseguir que el hombre se fuera, dejándonos en paz para disfrutar de la salida del sol. Pero entonces, empezó lo peor. El tío empezó a seguirnos con la moto, a menos de 2 metros de distancia. Nosotros sin conocer el camino y en media penumbra, nos orientamos y llegamos al sitio donde empezaba el sendero de ascensión al volcán, donde ya habían una buenas vistas para hacer fotos de la salida del sol, aunque solo estábamos a medio camino. Entonces paramos la moto para hacer las fotos, pero entonces el tío se bajo también de la moto y empezó a amenazarnos que incluso para estar en aquella zona, un sitio lleno de casas de campesinos y sus campos de cultivo, necesitábamos el guía. Nosotros le respondimos que estábamos en un país libre, y que para ir por un camino público no necesitábamos de un guía, y sino no era así que llamara a la Policía. Entonces el tio se puso todavía más agresivo, explicando que él era un guía oficial y que las normas “obligaban” a subir con guía. Pero realmente estas son sus normas, las normas impuestas por esta “banda de mafiosos” que opera en la zona a sus anchas.

Nosotros le expusimos que si era una atracción turística el gobierno debería cobrar una entrada, como en muchos otros sitios, y después los turistas debería poder “elegir” si van con guía o sin. Pero en ningún caso, obligar a contratar unos servicios que realmente no necesitas. Realmente, todavía no dejo de preguntarme como el gobierno está consintiendo este últraje a los turistas.

Yo hubiera seguido subiendo a ver hasta donde era capaz de llegar aquel energúmeno. Pero Noemí, con un poco más de cabeza, me insistió en quedarse en aquel punto donde también podíamos disfrutar de la salida del sol. Así que nos quedamos a medio camino, sacamos nuestro pequeño picnic y empezamos a desayunar mientras el sol ya hacía rato que despuntaba en la lejanía por encima de una barrera de nubes que le bloqueaban el paso, como a nosotros nos lo bloqueaban también. Al final, el susodicho se cansó y se fue, amenazándonos que estaría hasta la tarde vigilándonos para asegurarse que no subíamos solos. Y con esta última amenaza se fue cual volcán en erupción.


En aquel momento, yo hubiera reiniciado nuestra ascensión hasta la cima. No para ver si éramos capaces de llegar (que lo éramos), o para tener algún altercado con algunos de estos mafiosos (que no recomiendo a nadie), sino para demostrar que se puede subir en libertad a este excepcional lugar, contribuyendo poco a poco que este cartel se vaya desmantelando. No obstante, Noemí volvió a insistir en dejar correr el tema. Y así hicimos.

Después de desayunar y disfrutar algunos momentos en completa soledad de la salida de sol, decidimos darle a vuelta al volcán surcando una pequeña carretera que pasa por varios pequeños poblados que, desafiando el peligro, se hallan en la ladera norte del volcán. En esta zona pudimos observar una gran extensión negruzca de lava volcánica solidificada, con algunos pequeños conos de volcanes que en su día expulsaron la lava. En algunos puntos la ladera presentaba una desolación típica de un paisaje lunar, grietas y cráteres sin rastro de vegetación.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

THE WEDDING



El último desayuno en nuestro hotel preferido de Bali ha sido genial con unos simples huevos fritos con tostadas, un zumo de papaya, unos pancakes estilo balineses y una taza de té. Todo esto tomado en la terraza de nuestra habitación mientras contemplábamos a la lejanía como el sol iba iluminando poco a poco el bosque en las profundidades del valle. Gracias Munduk.




Luego nos hemos dirigido hacia Gifgif para ver la cascada Air Terjun de unos 40m de altura. Por el camino, estaba lleno de tiendecitas vendiendo las artesanías típicas del país como máscaras, pareos, cuadros, pulseras,… etc. Además, los niños y las niñas de los vendedoras siguen muy de cerca los pasos de sus padres y te “acosan” para que les compres una pulserita. Había un pequeño grupo de tres niñas que nos han seguido todo el camino hasta la cascada, donde por “cansinas” les hemos hecho una foto. Craso error. A partir de este momento, han empezado a entonar una canción al unísono que decía: “YOU PHOTO, YOU BUUUUUY”. Al final les hemos cogido cariño y todo. Sus nombres son Ana, Yara y Tamurri.

Nuestro destino de hoy era Toya Bungkah, pero debido a la cascada hemos tenido que dar una  vuelta bastante grande. No obstante, el camino nos ha deparado una grata sorpresa. En el pueblo de Vila hemos visto a dos novios que estaban oficiando una especie de ceremonia. Así que le hemos echado un poco de “morro” y hemos parado la moto para observar de cerca la ceremonia. Cual ha sido nuestra sorpresa cuando nos han invitado a entrar en la casa con los novios y el resto de los invitados. Las personas eran amables y atentas como ninguna de las que hemos encontrado en nuestro viaje.

Nos han explicado que la ceremonia dura varios días, donde el primer día (o sea hoy) solo es “traer” la novia a casa del novio y esta misma noche tenía lugar la prueba a puertas cerradas, of course. Luego dos días más tarde se oficiaba la ceremonia oficial. Por la mañana, el novio irá a casa de la novia para rezar en su templo. Luego a la tarde, la novia va a casa del novio donde se reza en el templo y se oficia la ceremonia por el sacerdote mayor de la comunidad.  Al parecer, este día solo asisten los familiares de ambas partes. Y el tercer día, se realiza la gran fiesta donde vienen los amigos y las amigas para celebrarlo todos juntos.


Nos han insistido para que asistamos a la ceremonia y también a la fiesta que se celebraran el 25 y 26 de diciembre, respectivamente. La verdad es que tanta amabilidad y ofrecimientos nos agasajaban. Lo que si hemos aceptado de muy buen grado ha sido un poquito de comida típica balinesa con arroz, vegetales, pescado frito, todo ello bastante picante. Luego hemos probado el té con unas pastitas caseras hechas con arroz, coco y azúcar de caña. Todo estaba delicioso.

Ha sido una experiencia única en nuestro viaje que recordaremos siempre. La amabilidad de la gente de Bali está siendo una constante en esta isla paradisíaca.

lunes, 21 de diciembre de 2009

DANAU BRATAN AREA



Hoy hemos iniciado nuestro recorrido hacia Seririt y Munduk, donde hemos dejado los bártulos en el Puri Alam Bali Hotel. Ligeros de carga hemos podido ascender por una carretera llena de curvas hasta lo alto de la colina donde se podía observar los lagos Danau Tambligan y Danau Buyan. Al descender la colina en dirección a Candikuning hemos podido comprobar que toda la región es famosa por sus Strawberries (fresas), ya que en cada esquina había una persona vendiéndolas y en cada restaurante tenía el típico Strawberry Shake. En el mercado local, hemos sucumbido a la tentación de probar estas pequeñas pero deliciosas fresas.

No obstante, antes de llegar al mercado, hemos parado para visitar el templo de Pura Ulum Danu Bratan. Un templo hindu-budista del siglo XVII dedicado al Dewi Danu, dios del agua y es que este templo se halla erigido en una pequeña isla del lago Danau Bratan. En los jardines del templo estaba lleno de orquídeas de colores amarillos, fucsias y rojos que hacían las delicias de las cámaras fotográficas ávidas de la instantánea perfecta. Aunque el complejo no es muy grande, vale la pena visitarlo. Otras personas, alquilan una lancha motora para ver el templo desde las aguas del lago.



Por la tarde, después de comer en el mercado local una comida típica de aquí que consistía en una sopa de cordero, una brochetas de conejo con salsa de cacahuete y un arroz al vapor, nos hemos vuelto a Munduk, aunque de  camino nos hemos parado en el Ngiring Ngewedang. Esta casa colonial de los holandeses (a quienes perteneció esta isla) es actualmente un restaurante y casa de café. Allí su amable dueño nos ha enseñado el todavía artesanal proceso que sigue el café antes de llegar a las tazas de sus clientes. Primero se recoge en las montañas circundantes a esta área, luego se deja secar al sol y se tuesta en dentro de un bidón de hierro, mientras se le da vueltas manualmente para asegurar que se tuesta homogéneamente. Acto seguido se deja enfriar unas horas, para después introducirlo dentro de un mortero de piedra donde se tritura con un mazo de madera. Por último, se refina con tamizador creando ese polvo mágico cuyo olor y sabor hace las delicias de más de uno. Todo este proceso, insisto, todavía se hace de forma artesanal. Para saborear tan exquisito café nos hemos pedido un capuchino, dándonos cuenta más tarde que nos lo han preparado de sobre, como el de Nescafe. Así que mucho proceso artesanal, pero todavía no saben hacer un capuchino de forma manual, con su café, su leche espumada y su polvo de chocolate. Lástima!!!!

domingo, 20 de diciembre de 2009

PERMUTERAN EN TRANCE


Esta mañana, a pesar de poner el despertador pronto para meditar, no le he hecho mucho caso permitiéndome dormir un poquito más. Después de un desayuno reconfortador, he tenido que ir a Seririt para sacar dinero ya que hemos tenido uno de esos despistes que uno tiene cuando no conoce el terrena ya que nos pesábamos que en Permuteran, siendo tan turístico como decía la guía, habría ATM de sobra. Pero nos hemos dado cuenta que no es tan turístico como pensábamos, por suerte, y también por desgracia porque he tenido que hacer 70Km con la moto para abastecernos de esos papeles tan insignificantes y al mismo tiempo tan valiosos en nuestra civilización.

Después hemos alquilado dos pares de aletas y unas gafas de bucear para hacer snorkel en la playa. Cerca de nuestro hotel, hay un pequeño arrecife de coral “semiartificial” donde habitan peces payas1os, nemos con sus anémonas, estrellas de mar de color azul eléctrico, conchas y un sinfín de peces de colores vivos y llamativos que no alcanzan a identificar mis escasos conocimientos marinos. No obstante, no hace falta ser un experto para maravillarte ante tal impresionante espectáculo marino. Yo incluso me he permitido el lujo de bajar algunos metros en las profundidades para ver de más cerca esta vida tan diferente a lo que los ojos están acostumbrados a ver.


El esfuerzo ha sido considerable y teníamos que reponer fuerzas, así que hemos decidido darnos un LUJO en Bali y hemos aposentado nuestro trasero en el Hotel Atmelar. Allí hemos tomado un Martini y un zumo de Papaya dentro de la azul piscina mientras mirábamos el mar. Luego nos han traído una ensalada de calamares para empezar y el atún a la plancha y el Goda-Godo (plato típico de Bali hecho con tofu, temphe y verduras con una salsa de cacahuetes). Luego hemos tenido que movernos solo unos metros para llegar arrastrándonos a las acolchadas hamacas para hacer una apacible siesta. Por la tarde, un poco más de snorkel y disfrutar de la piscina como dos enamorados. Y por último nos hemos acercado al templo Pura Pulaki para ver como el cielo va cambiando de colores rojos vivos, a rosados, para finalizar con violáceos y azules grisáceos en la puesta de sol con la bahía de fondo. Me encanta estas horas del día porque todas las cosas toman un color rosado.



Pero el día estaba lejos de terminar. Después de cenar y llegar al hotel, hemos escuchado una música que nos ha llamado la atención. Así que hemos vuelto a salir y hemos encontrado que un grupo de gente del pueblo estaba celebrando una ceremonia. Hemos visto varias danzas tradicionales de Bali donde bailarines bastante jóvenes estaban engalanados con atuendos dignos de reyes con vestidos dorados y coronas. Las danzas consistían principalmente de movimientos de las manos con los dedos completamente estirados y haciendo mudras, y la cabeza la movían como si fueran egipcios. A mi he ha recordado a un danza que vimos en Mysore, Vietnam mezcla con el Katakali de Kerala, India. Puede que los orígenes sean los mismos porque en ambos lugares, al igual que en Bali, predomina la religión Hinduista. La música procedía de varios xilofones, platillos, bongos y una especie de platos anchos de bronce que precaucionaban con madera. Dado los instrumentos era más bien una música metálica y al mismo tiempo inarmónicamente rítmica. La verdad es que es difícil de describir. Pero más difícil de describir es lo que hemos presenciado a continuación. Sin dejar de sonar la música, la gente se ha puesto a bailar en medido del círculo y de repente hemos visto como algunas personas empezaban a retorcerse y a convulsionar como si tuvieran un ataque de epilepsia, aunque realmente lo que pasaba es que estaban en trance. Acto seguido a estas personas se les ha entregado una especie de espada sagrada cuya vaina y empuñadura eran de madera, pero su filo era de metal. Con la espada en la mano y con los ojos cerrados se movían por todo el círculo a rítmico de la estrepitosa música mientras una persona cuidaba para que no hiciera nada a nadie. Muchas veces, cuando la música aumentaba de ritmo y estruendo, se apoyaban la espada sobre el pecho y empezaban a presionar con todas sus fuerzas como si quieran calvársela, aunque cuando la retiraban no había marca de sangre por ninguna parte. Después de varios minutos en trance y intentar clavarse la espada varias veces, las personas poseídas caían exhaustas y eran acompañadas para que descansaran dentro de la casa. Al mismo tiempo, la espada se volvía a enfundar y se retiraba al templo donde era bendecida de nuevo para que otra persona en trace pudiera utilizarla.

Nosotros hemos asistido a tan dantesco espectáculo más de 40 minutos y alrededor de 15 personas han entrado en trance. Al principio nuestros ojos no daban crédito a lo que veíamos, y nuestros semblantes serios y preocupados contrastaban con sus sonrientes caras cada vez que una nueva persona entraba en trance. Algunas de ellas eran mujeres mayores que cuando bailaban tenían la fuerza y agilidad de adolescentes.

Cuando hemos vuelta al hotel, el propietario nos ha explicado que es una ceremonia que se hace en honor a Kala (Kali, diosa de la destrucción en el Hinduismo ) donde han sacrificado a un cerdo, a un perro y a una cabra negra. El baile es parte de la ceremonia que sirve para limpiar y dejar el área despejada para la nueva pareja que se casará. O sea que todo esto, es una ceremonia previa.

También nos ha explicado que desde el templo Pura Pulaki hasta Luang Palang es una zona sagrada donde antiguamente vivían muchos tigres balines, ciervos y otros animales salvajes, que en actualmente ya no habían en este Parque Natural debido al abuso humano de los recursos que antes existían.

viernes, 18 de diciembre de 2009

BALI: LOS MOCHILEROS MOTEROS



Bali nos es una isla muy grande pero tiene muchas cosas para hacer y visitar, desde visitar los peculiares templos hinduistas, explorar la flora y la fauna de sus montañas, snorkelear en sus preciosos arrecifes de coral o hacer un trekking en medio de volcanes. La verdad es que queríamos hacer muchas cosas y parecía que el trasporte público aunque llega a la mayor parte de los pueblos costeros y turísticos de la isla, no brindaba la misma posibilidad para explorar las regiones interiores. Así que ni cortos ni perezosos nos hemos alquilado una motocicleta para explorar las maravillas que nos deparaba esta famosa isla, pasando a ser mochileros moteros.


El primer día ya hemos descubierto las ventajas de nuestra acertada elección, ya que por la mañana fuimos a visitar el templo Pura Tanah Lot, situado en lo alto de una pequeña isla dentro del mar. Y es que en toda Bali hay un conjunto de templos emplazados mirando al mar eregidos por el sacerdote Nirartha en el siglo XVI, quien tenía predilección por el océano. Este templo es uno de los más fotografiados de todo Bali dado su entorno y emplazamiento.


Luego nos hemos dirigido hacia el interior para descubrir en Jaliluwih un paisaje completamente diferente al costero con verdes terrazas de arroz acompañadas de palmeras que hacen el deleite de los ojos. Cercano a este pueblo se encuentra uno de los templos más místicos y tranquilos de toda la isla. El Pura Luhur Batukau se encuentra en medio de la selva tropical con el único sonido de fondo de los pájaros y los sacerdotes oficiando ceremonias. Es extraño, pero a los turistas permiten la entrada sólo a ciertas zonas, restringiendo el paso a las áreas donde se ofician las ceremonias. Supongo que es debido a la mala costumbre que tenemos de sacar demasiadas fotos, faltando el respeto en algunos momentos y lugares tan sagrados como estos. Otra cosa imprescindible para entrar en los templos es disponer de un sarong, una especie de pareo que te colocan alrededor de la cintura y por la cual te cobran.


Como curiosidad, puedes leer los paneles colocados en la entrada de los templos que no está permitido la entrada a las mujeres con el período, las mujeres embarazadas, las mujeres cuyos hijos aún no tengan dientes, las personas que no vaya apropiadamente vestidas, las personas locas y algunas particularidades más que ahora no recuerdo.

Par la tarde, hemos tenido que recorrer varios Km para encontrar un hotel donde pasar la noche. Y es que no todos son ventajas en la vida del mochilero motero, a veces tienes que tienes que vértelas y deseártelas para orientarte en unas estrechas carreteras, en medio de campos de arroz donde las personas locales, aunque muy amables, no hablan nada de inglés y es difícil hacerte entender. Al final, hemos encontrado una super-habitación en un hotel que todavía está en construcción y donde los únicos inquilinos éramos nosotros.

jueves, 17 de diciembre de 2009

BIENVENIDOS A INDONESIA

Nuestro vuelo a Denpasar (Bali) salía de Bangkok el 16 de diciembre a las 06.15h de la mañana. Al ser un vuelo internacional teníamos que estar en el aeropuerto con 2 horas de antelación. Eso eran las 04.00h de la madrugada. De Bangkok al aeropuerto hay unos 30-40 minutos en taxi, de modo que teníamos que levantarnos sobre las 02.30h para llegar a buena hora. Decidimos que no valía la pena y tras un día de compras y trajín en Bangkok cogimos un taxi sobre las 22.00h y nos fuimos al aeropuerto internacional. Entramos en el fabuloso recinto y buscamos un sitio para pasar la noche. El lugar elegido fueron unos bancos más o menos blandos frente a los mostradores de nuestra compañía Air Asia. Intentamos pasar las horas de la mejor manera posible. Pepe estuvo curioseando su nuevo juguete: un portátil Acer Aspire One. Una monada desde la que ahora mismo estoy escribiendo. Yo enseguida adopté una postura horizontal e intenté dormir. Fue una empresa algo difícil ya que el aeropuerto estaba de lo más animado: máquinas puliendo el suelo con un pi-pi constante, un equipo de personas con grúas hasta el techo que colgaban Papa Noel y renos y unas pruebas de funcionamiento de altavoces que cada 10 minutos hacían un ruido del hiperespacio. Con todo conseguimos dormir un poco. Sobre las 04.00h abrieron los mostradores de facturación y pudimos endosar las mochilas. Luego nos regalamos un desayuno americano con huevos, bacon, salchichas y té. Estábamos listos para las 3 horas de vuelo que no separaban de nuestro paraíso. Yo las pasé durmiendo y Pepe leyendo. Cuando me despertó la voz del comandante del avión avisando que en breve íbamos a aterrizar empecé a mirar por la ventana y vi palmeras, casitas pequeñas, vegetación, árboles en flor y lo mejor de todo, el mar.

Nos dirigimos directamente a Kuta. Es una ciudad al lado del mar; su playa es enorme y está salpicada por surferos que se deslizan por sus olas. Hay un montón de buenos hoteles, tiendas de ropa muy bonita, biquinis con diseños que nunca había visto, bares, restaurantes, tiendas de muebles y decoración, alquiler coches y motos, escuelas de submarinismo,… es decir de todo. Decidimos darnos un respiro (de vez en cuando lo hacemos) y cogimos un hotelito que no estaba en primera línea de mar pero tenía aire acondicionado, amenities, toallas, cama y almohadas mullidas y una piscina estupenda. Aquí hemos pasado dos días de pleno relax y descanso. ¡Por fin hemos conseguido hacerlo¡ Llevamos 5 meses de viaje y aunque nos proponemos hacer relax, siempre nos pueden las ganas de hacer y ver cosas nuevas y diferentes. Así que hemos estado rodeados de australianos y australianas con cuerpos Danone que bajaban a la piscina a las 07.ooh de la mañana para coger hamaca. Nosotros nos levantamos a las 12.ooh y siempre teníamos la suerte de encontrar una hamaca libre y sin tener que darnos el madrugón.

El día que llegamos fuimos directamente a una librería para comprar la correspondiente Lonely Planet: Bali y Lombok. En Bangkok la tuvimos en las manos varías veces y más barata pero decidimos comprarla al llegar a destino. Pues bien, mientras la estábamos ojeando conocimos a un señor que nos recomendó un lugar para ir a cenar. Esa misma noche alquilamos una moto y nos fuimos a Jimbaran, un pueblecito al sur de Kuta. El restaurante a primera vista era un chiringo de playa con la cocina al otro lado de la calle. Nos dijeron si queríamos cenar dentro o fuera y dijimos fuera, así que salimos a la arena de la playa y allí, frente a nuestros ojos vimos mesas y sillas de madera sobre la arena blanca, el mar en tonos rojizos y púrpura del atardecer y decenas de velas como si fueran luciérnagas flotando en el aire. La brisa del mar era suave y había un grupo de 5 músicos tocando clásicos de Bob Marley y Bryan Adams que se iban paseando por las mesas. Pedimos una barbacoa para 2 personas: pescado, gambas, cangrejo, almejas, calamares y langosta. Y para acompañar patatas, verduras, sopa y ensalada. Os podría seguir contando pero sobran las palabras. Un lugar mágico y un momento inolvidable.

Cuando llevábamos un rato empezó a llover y tuvimos que ir dentro del restaurante. Aún así tenía su encanto estar en plena tormenta tropical y degustando semejante exquisitez. Una buena amiga de Auroville nos dijo que cuando llegas o te marchas de un lugar y llueve es que el lugar te bendice. Nos llovió al irnos de India, nos nevó al llegar a China y nos ha llovido en Bali. Bendecidos estamos.

Cuando amainó un poco la tormenta cogimos la moto y volvimos a Kuta. El cielo nos respetó hasta que llegamos al hotel y empezó a llover de nuevo. Pepe salió a la terraza de la habitación a recoger la ropa para que no se mojara y cayó un relámpago que iluminó toda la habitación; el siguiente trueno fue el más fuerte que he oído jamás. Pareció como si se hubiera partido el mundo. No os imagináis lo bien que dormimos arropados en nuestra blanda y ancha cama. El día siguiente amaneció soleado y luminoso. Estamos en época de lluvias y muchos días llueve un ratito, aunque de momento siempre ha sido por la noche o muy temprano por la mañana. Bienvenidos a Indonesia!

sábado, 12 de diciembre de 2009

MEDITACIÓN VIPASSANA



Hoy es nuestro último día en Laos y queríamos aprovechar para visitar algunos otros lugares. Así que después de desayunar nos hemos ido a visitar a Xieng Kuan (Buddha Park). Este parque situado a 23 km de la ciudad contiene más de un centenar de figuras hinduistas y budistas. De hecho, su creador, el sacerdote Luang Pu, intentó crear una doctrina que unía tanto religión hinduista como la budista. En muchas esculturas se puede ver esta mezcla de ambas religiones, observando a algunas figuras de Buda con el tridente típo del induista dios Siva. Algunas figuras incluso eran un poco macabras, pero como dice el refranero “Para gustos, colores”.


De vuelta al hotel, hemos parado en el templo
Wat Sok Pa Luang. Allí, todos los sábados, los monjes que habitan el templo hacen una meditación vipassana para personas interesadas o curiosas del tema. Aunque también pudimos comprobar que había mucha otra gente que era asidua a la meditación semanal, muchos de los cuales eran laosianos.

Por lo que pudimos entender,
Vipassana significa “ver la realidad”. Es decir, ver el mundo tal cual es eliminando todos los filtros que aplica nuestra mente previo a nuestro entendimiento. Para ello una de las cosas que persigue esta meditación es “parar la mente”. También nos explicaron que hay 4 tipos de posturas para la meditación; sentados con las piernas cruzadas, tumbados boca arriba, caminando y la última no la recuerdo.

Nosotros aquel día practicamos dos de ellas. La primera fue unos 20 minutos sentados en silencio con las piernas cruzadas y debíamos concentrar nuestra mente en la respiración. Es decir, debíamos omitir cualquier estímulo externo que venga por los sentidos y concentrar la mente en algo tan simple y esencial como la inspiración y a expiración. Si por algún motivo la mente se dispersa en otros y variados pensamientos, hay que tomar consciencia de ello y volver a la respiración. Parece sencillo, ehhh? Inténtalo pues y ya me contarás el resultado.

Luego hicimos la meditación en movimiento. Ésta consiste en caminar muy, muy, muy lentamente con los ojos abiertos y tomando consciencia de cada movimiento del cuerpo al caminar. Para ello nos dieron las pautas siguientes en tres movimientos que podrían ser; levantar el pie, desplazarlo y apoyarlo, y vuelta a empezar con la otra pierna. En esta meditación también es importante la respiración, tomando consciencia de ella junto con el movimiento.
Hay muchas disciplinas de meditación, pero por lo que estoy viendo todas ellas buscan un objetivo común, eliminar el velo que nos impide ver la realidad tal cual es. Sin nuestros esquemas mentales, nuestros condicionamientos, sin muestras emociones, sin todo aquello que ensucia el prisma que somos para dejar pasar la luz del espíritu.

Con nuestra mente completamente serena, no nos apetecía hace nada extresante. Así que fuimos a probar un masaje típico de Laos. El masaje consiste en prisiones sobre los músculos y algunos estiramientos, para después ponerte unas pintas calientes que contenían hierbas terapéuticas. Ha sido genial, el calor de las pintas penetraba dentro de los músculos consiguiendo un relajación más profunda, al mismo tiempo que el calor ayudaba a las articulaciones y los órganos internos.
Ha sido una despedida genial que nos ha brindado Laos como guinda a nuestra estancia en tan natural y espiritual país.

GRACIAS LAOS.

viernes, 11 de diciembre de 2009

CAPITAL DE LAOS? VIENTIANE


A pesar de levantarnos a las 6:00, hemos perdido el autobús local que nos tenía que llevar a Vientiane, la capital de Laos. Así que hemos tenido que coger una pick-up que también hace el mismo recorrido pero en una hora más. Pero sabiendo lo que es ir a una furgoneta sentado en la parte trasera, le hemos pedido al conductor sentarnos con él e la cabina donde, a pesar de ir apretujados, el asiento se mucho más cómodo que la tabla de madera de la parte posterior. En realidad, ha sido todo un acierto porque el conductor chapurreaba un poco de inglés, con lo que hemos podido aprender algunas cosas más del país. Por ejemplo, el sueldo medio de un laosiano está sobre los 50-100$ mensuales, la población de Laos es de unos 6 millones de personas, una casa típica de bambú y hojas de palma puede costar unos 600$ y una casa tipo chalet con dos plantas, porche y jardín sobre os 6.000$ a 8.00$. Otra dato curioso es que la mayoría de las infraestructuras las está subvencionando y construyendo la China como las carreteras, puentes, incluso construyendo las fábricas de cemento para la construcción. Lo que no sabemos es que se lleva el Gobierno Chino a cambio de tanto “favores”. Por otro lado, en todo Laos, solo hay una universidad pública que se encuentra en la capital y normalmente se requiere un buen poder adquisitivo para enviar a los hijos a la universidad. Y es que bajo nuestro punto de vista, hemos encontrado Laos más cara de lo que esperábamos para ser un país del sudeste asiático.

A parte de los datos prácticos, el conductor, que se llamaba Olé, se ha empeñado en enseñarnos laosianos asegurando que en 2 semanas podríamos hablar su lengua. Así que hemos aprendido a contar del 1 al 10, también los centenares y los millares, ¿Cómo te llamas?, Me llamo… y algunas palabras más que ahora mismo ya no recuerdo. Después de media hora de escuchar laosiano e intentar repetir las frases, nos ha entrado un dolor de cabeza junto con una pequeña molestia en la garganta, y es que los sonidos son muy guturales y el sonido “ñ” se utiliza en casi todas las palabras. En general, ha valido la pena nuestro viaje de 4 horas ya que nos ha permitido conocer mejor algunos aspectos de este país y es que la única forma de conocer un país es estar en contacto con su gente y compartir momentos como estos. Esto lo hemos aprendido a lo largo de estos 6 meses que llevamos viajando por el mundo.

Al llegar a la capital, nos hemos encontrado una ciudad movilizada por los “Sea Games 2009”. Son como unos juegos olímpicos a pequeña escala donde solo participan los países del laos, Tailandia, Singapur, Vietnam y Malasia. Había mucha policía por las calles y de vez en cuando pasaba una comitiva a la americana con motos con sirenas abriendo paso, varios coches oficiales con los cristales tintados y algunos coches de policía al final.

Nos ha constado encontrar hotel debido a los juegos pero al final hemos encontrado uno económico que compartíamos habitación con una persona que se parecía mucho a un actor de series norteamericanas.

Después de comer nos hemos ido al templo Pha That Luang. Es una estupa budista muy antigua que ha sido construida, destruida y vuelta a construir varias veces. La última fue debida a la guerra de Indochina. Se dice que contiene la reliquia de un hueso de Buddha, aunque en la última reconstrucción hicieron excavaciones y no encontraron nada. Su color dorado en medio de unos jardines con buganvilias rosas, rojas y blancas, así como otros templos contiguos forman parte de este conjunto digno de admirar. No me extraña que sea uno de los emblemas de Laos.

Luego nos fuimos andando hasta
Patuxai, una “arco del triunfo” que en la guía quieren compararlo con el de Paris, pero si lo veis no hay por donde cogerlo. Sería como comparar una iglesia renacentista co n un rascacielos, si los dos son muy altos y tienen puertas y ventanas, pero nada más.

A pesar que algunos viajeros no nos recomendaban nada una estancia en Vientiane diciendo que era una ciudad bulliciosa y relativamente cara, nosotros nos hemos encontrado con una ciudad acogedora y con algunos tesoros interesantes para descubrir. Así que, aunque las opiniones de otros viajes muchas veces te ayudan a elegir mejor tu camino, no siempre son tan acertadas como desearais, y aunque sean ciertas, tu actitud delante de un lugar y su gente puede cambiar complemente la experiencia.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA


Vang Vieng es una ciudad que se encuentra a 120 km al norte de la capital de Laos. Aquí hay muchas actividades para hacer, la mayoría de las cuales está orientada al turismo organizado como bajar el rio Nam Song metido dentro de una cámara de rueda de camión, explorar a pie sus encantadores paisajes kársticos, escalar sus escarpadas montañas o adentrarte dentro la tierra a través de las mil y una cuevas que hay en sus alrededores.

Nosotros hemos decidido alquilar una motocicleta para visitar un conjunto de cuevas llamadas Tham Sang Triangle situadas a 16 km al norte de Vang Vieng. Era curioso ver a seis motos todas juntas por la carretera apropiándose de ella. Si hubiéramos llevado una chupa de cuero con un águila en la espalda, los pelos y las barbas largos y unas motos más potentes, hubiéramos parecido “Los ángeles del Infierno Laosiano”.

Al llegar a las cercanías de la cueva hemos visto un cartel pequeño y mal rotulado que pedía pagar parking por dejar las motos. Imagínate en medio de la naturaleza rodeado de montañas y palmeras, el rio Nam Song a nuestra derecha transitando por un estrecho camino y cuando se termina el camino aparece este cartel con dos mujeres sentadas a la sombra pidiendo dinero por dejar las motos. Increíble, pero cierto. Y es que en Laos se están dando cuenta que al turista se le puede “estrujar” para que vaya soltando el dinero. Nosotros, ni cortos ni perezosos, hemos aparcada las motos en una zona un poco más alejada donde no había cartel, por lo que nos hemos ahorrado el “impuesto revolucionario”. No obstante, no hemos podido evitar el peaje para pasar un desvencijado puente hecho con cañas de bambú que amenazaba desmoronarse con solo estornudar que permitía cruzar el rio hasta la zona donde se encuentran las cuevas.

La primera de las cuevas que hemos visto ha sido Tham Sang o Cueva del Elefante donde la tierra ha creado una estalagmita con forma de elefante y aprovechando tan singular acontecimiento los locales han adornado la cueva con varias imágenes de Buddha. La cueva es poco profunda y con una abertura lo suficientemente grande como para que la luz llegue a todos los rincones sin problemas.

Luego hemos continuado 1 km en medio de los arrozales dorados hasta llegar a las cuevas Tham Loup y Tham Hoi (por cierto, tham significa cueva en laosiano) donde al pagar la entrada también te ofrecían unos frontales para poder explorar con más detalle las cuevas. Además, un guía local se nos ha acoplado al grupo sin previa petición o conversación, pero la exploración resultaba un poco más segura (si se puede llamar de esta forma). Así que el Speleology´s Team formado por Javi, Raúl, Alberto, Pablo (un compañero de Madrid que había tomado el relevo a Rubén de vuelta a España), Anthoni (un francés que había conocido Pablo), Noemí y yo nos ataviamos con los frontales para iniciar nuestro particular “Viaje al centro de la Tierra”.

Iniciamos nuestra exploración por Tham Loup que se introduce unos 400m dentro de la montaña donde pudimos apreciar varias estalagmitas y estalactitas de piedra caliza muy impresionantes, algunas de ellas relucían como estrellas en la noche cuando las enfocábamos con la linterna.

La otra cueva, Tham Hoy, se adentraba 3 km dentro de la tierra, con lo que la cosa ya parecía más seria. Así que decidimos solo explorar algunos metros sin llegar al final. No obstante, nuestro guía “subalterno” también se apuntó a la segunda exploración. A la que nos hemos dado cuenta ya llevábamos una hora caminando dentro de tan oscuro y profundo lugar, y todo el equipo nos sentíamos con ganas y ánimos para continuar, excepto Pablo que le pudo su claustrofobia teniendo que volver sobre sus pasos. Y no me extraña, porque aquí entra una o dos personas solas y te vuelves a los 10 minutos pero como íbamos todo un grupo la sensación de seguridad aumenta, incluso diría que te creces por encima de tus posibilidades o limitaciones. Y si no preguntádselo a Noemí, que en otras circunstancias me hubiera insistido en salir a la mínima de cambio. Sin embargo, allí estaba no sólo internándose en las profundidades de la tierra sino también disfrutando de cada instante en tan recóndito lugar.

Dentro de la cueva había cavernas tan grandes como un polideportivo y espacios tan estrechos que teníamos que pasar a gatas. Además, en mitad del trayecto nos hemos tenido que descalzar para pasar por varios charcos donde el agua nos llegaba hasta las rodillas. En otros puntos había una arcilla tan pegajosa que los pies se quedaban enganchados como una especie de trampa que tenías que superar para llegar al tesoro escondido en las entrañas de la tierra. Y es que esta cueva después de sus 3 km llegas a un lago subterráneo increíble. El lago tiene unos 80 m de largo y aunque en la mayoría de los puntos tocábamos con los pies había grietas demasiado profundas como para comprobar su profundidad. Allí, en medio de la penumbra creada por nuestros frontales y con el único sonido de nuestra respiración, nos hemos dado uno de los baños más exóticos y salvajes de mi vida.

La vuelta no ha estado exenta de emoción, y es que Raúl y yo nos hemos rezagado un poco haciendo fotos y de repente íbamos por un sendero que no recordaba ningún punto familiar de la ida. Tras algunos silbidos y gritos, nos hemos percatado que la única respuesta que recibíamos era de los ecos de nuestras voces que volvían de la oscura profundidad ya que el grupo estaba demasiado lejos para oírnos.

En ese momento tus sentidos se agudizan, tus ojos observan cada detalle de la cueva, tus orejas perciben hasta el más sigiloso sonido y tu mente está complemente concentrada en procesar todos los estímulos externos para discernir el camino correcto hasta la salida. Realmente te das cuenta de todos los recursos de que dispone el ser humano en situaciones extremas como estas.

Nosotros decidimos desandar parte del camino para descubrir la bifurcación en la cual habíamos tomado el camino equivocado. De repente descubrimos algunos detalles en las piedras y formaciones calizas que nos resultaban familiares. Por lo tanto, sabíamos que habíamos pasado por allí, pero desconocíamos si íbamos hacia la salida o hacia las profundidades. Pero de repente, he visto una piedra con un agujero muy peculiar que me había resultado curiosa en nuestro camino de entrada. Esto me dio la seguridad que estábamos caminando en el sentido equivocado. Así que hemos girado 180º para reiniciar nuestro camino de vuelta a la superficie. Y es que aunque parezca sencillo, e incluso llevando guía y conociendo el camino de ida, es fácil perderse en una cueva de estas dimensiones. Además, por algún motivo uno tiende a desorientarse en tan silencioso y oscuro lugar.

Sin embargo, y a pesar de perdernos, en todo momento hemos conservado la calma y serenidad para reencontrar la salida.

HA SIDO UNA DE LAS EXPERIENCIAS MÁS AUTÉNTICAS DEL VIAJE.

Ahh, se me olvidaba. Al volver a las motos hemos visto que las mujeres habían movido el cartel del parking donde las teníamos aparcadas solicitando que les pagáramos parking. Qué cara tienen!!!!! Nosotros solo nos hemos reído de la cómica situación y por supuesto que no hemos pagado el reincidente “impuesto revolucionario”.