sábado, 10 de octubre de 2009

RAFTING BOTE KOSHI


Nuestros dos últimos días en el Nepal los hemos disfrutado al máximo en el rafting que hicimos por el rio Bothe Koshi, uno de los rios cortos más emocionantes para practicar este deporte de aventura. El equipo con el que íbamos estaba super-preparado y a pesar de ser un deporte realmente peligroso, en todo momento teníamos la sensación de que estaba todo bajo control.

Los rápidos de los rios se clasifican de I a VI dependiendo de la peligrosidad, siendo VI el máximo al cual solo te puedes enfrentar con un equipo de personas muy experimentado. En la época que hicimos el rafting, las lluvias habían incrementado considerablement el caudal del río, con lo que los rápidos también habían aumentado su peligrosidad. Los rápidos por los que transitamos eran de clase III a IV+.

Pero previo a todo el eso, el primer día fue de "trainning" donde nuestro monitor nos enseñó las posiciones básicas para remar todos hacia delante "FORWARD TOGETHER", solo la parte izquierda hacia atrás "LEFT BACKWARD", sólo la parte derecha hacia atras "RIGH BACKWARD", o todos hacia atrás "BACKWARD TOGETHER". Todo esto en ingles, of course, así que mientras el monitor decía la maniobra pertinente y nuestro celebro la procesaba pasaban unos segundos que en unos rápidos tan peligrosos como esos podían significar la diferencia entre pasártelo bien y que ocurria una desgracia. Así que el primer día pasamos solo por rápidos asequibles a nuestro nivel, aunque recuerdo que en uno tuvimos un pequeño toque con una de los kayaks que estaban para ayudarnos y salimos bastante airosos para lo complicado de la "situación".

Por la tarde nos llevaron a un pequeño resort que tiene cerca de la frontera con el Tibet donde había tiendas tipo "safari" con duchas de agua caliente, un restaurante con buena comida y, lo más importante, cerveza bien fria donde poder compartir con los compañeros de raft las experiencias del día. Recuerdo que conocimos a Yuli, un suizo retirado que cuya unica ocupación actual era viajar, y nos explicó varias aventuras suyas por el Tibet y la China. Tambien estava Dave, un ingles de Londres que pese a unos esfuerzo sobre humanos de nuestro celebro, eramos incapaces de entendres dos frases seguidas de su ingles cerrado, cerrado. Y eso que nos tomamos algunas cervezas para ayudar a la neuronas.

El segundo día fue "harina de otro costal". Los rápidos tenian mucha fuerza y en una de la maniobras que nos equivocamos quedamos "embarrancados" encima de una piedra en medio del rio mientras el agua golpeada con fuerza en un lateral de la barca amenazando con volcarla. Al final, con algunos golpes de palas sobre las rocas propinados por Noe y yo, el raft quedó liberado y pudimos continuar. Más adelante, paramos los tres raft de la expedición en una orilla donde se bajaron los tres monitores y fueron a inspeccionar el estado de un rápido de nivel IV+ . Después de decidir que lo podíamos abordar, iniciamos el descenso donde nuestra raft era el primero del todos. Ahora lo recuerdo super-emocionante con el agua bastante fria golpeandonos la cara y una voz de fondo que gritaba:

"FORWARD TOGETHER, FORWARD TOGETHER".

miércoles, 7 de octubre de 2009

KATMANDU VALLEY

Llevamos varios días en el Valle de Katmandú y ya hemos visitado Boudha, donde hay un asentamiento Tibetano con una de las Stupas más grande del Nepal y también varios monasterios donde puedes asistir a una de las ceremonias donde a parte de oraciones, hacen sonar varios instrumentos como el inmenso bongo, los trompetines tibetanos o los platillos creando muchas veces un ruido ensordecedor pero que de alguna forma trasmite una calma y armonía que no se puede describir. Además, durante la ceremonia también lanzan arroz en medio de los pasillos para atraer abundancia y prosperidad, ya que para ellos el arroz simboliza estas cosas.

Además de Boudha, hemos visitado la Durbar Square (Plaza del Palacio) de Katmandú donde hay un sinfín de templos sobre todo hinduistas (arriba foto del dios águila Garuda guardando la entrada de un templo).

Incluso hemos conocido a una Diosa viviente. Y es en que uno de estos edificios emblemáticos se halla una Kumari. Una niña de entre 4 y 11 años que tras pasar un riguroso proceso de selección entre varias candidatas se proclama Kumari Devi (Diosa Kumari) y es venerada como tal. Todos los días sobre las 12 del medio día, hace una breve aparición en un balcón que no suele durar más de un minuto. Por supuesto, no se pueden hacer fotos bajo multa estrepitosa de 500$ a parte de confiscarte la cámara. Eso sí, a la salida del edificio donde habita tan singular "persona", puedes comprar postales con la cara de la Kumari. ¿Cómo lo habrán hecho la foto si está prohibido? ... Dejémoslo aquí. La verdad es que no me gustaría ser esa niña, ya que durante toda su niñez estas encerrada en un edificio donde solo tienes contacto con las personas que te cuidan como una diosa. Pero cuando tiene su primer período o tiene una perdida de sangre abundante su "status" cambia radicalmente. En ese momento eligen a otra Kumari y esta adolescente queda "libre". Pero en Nepal tienen la creencia quedarte con una ex-Kumari o casarte con ella trae mala suerte. Así que quedan solteras de por vida y creo que le dan una especie de paga vitalicia con la que se sustentan. Un guía explicó que ahora las leyes han cambiado y las Kumari's "modernas" si que se casan, pero me parece que eso solo lo dicen para "lavar" la cara da una costumbre ancestral delante de los turistas, pero en realidad siguen solteras de por vida.


Katmandú, como toda ciudad oriental, es ruidosa, sucia, abarrotada de gente y bastante contaminada. Pero creo que no me equivoco si digo que es un poco menos que algunas de las grandes ciudades de la India en las que hemos estado como New Delhi, Bangalore o Benares. La verdad es que cada vez nos gustan menos las ciudades y preferimos ser acogidos por pueblecitos más pequeños donde la gente es más amable, las calles no están tan sucias y llenas de gente, y los sonidos del tráfico son llevaderos. Por eso, hemos decidido alojarnos en Boudha a unos 4Km del centro del Katmandú. Desde aquí también hemos visitado Patan, con su Durbar Square (foto arriba) que puede ser igual o más bonita que la de la propia capital y donde los templos y edificios han conservado muy bien el estilo Newari (la casta más alta, y más rica del Nepal).



Por último, hoy nos hemos levantado pronto para ir al Pashupatinath Temple (foto arriba) a parte de haber varios templos sólo para hindúes (o sea que no hemos podido entrar), también hay varios lingam (símbolos fálicos) alineados en representación de Siva (Dios creador y destructor), y unos ghats donde queman a las personas siguiendo el rito hindú. Los crematorios están al lado del río Bagmati, considerado sagrado con el Ganges de la India. En nuestra breve instancia, encontré a un "autóctono" que hablaba un italo-español bastante comprensible que me explicó algunas cosas interesantes. Según parece hay dos zonas de crematorios. La zona alta del río está reservada para las personas importantes o con dinero, y la zona baja para el resto. Para quemar un cuerpo se necesitan entre 300 y 500kg de leña. Pero la leña debe ser especial ya que no sirve la misma que se utiliza para cocinar. Las personas con menos recursos suelen comprar una leña más barata y con unas 3.000 a 6.000 RsN pueden conseguir suficiente leña. Los ricos utilizan madera de sándalo (considerada por los induus un árbol sagrado con el que también hacen incienso) y puede costar entre 9.000 y 18.000 RsN. También me explicó que para que los cuerpos ardan mejor se rellenan en el abdomen y en el pecho con paja o hierba seca.

Por otro lado, los Babas (hombres sagrados) y los bebes de menos de 6 meses que mueren no son incinerados, sino que se les entierra. Según parece, a los primeros se les considera que al llegar al estado de hombres sagrados habiendo dedicado su vida a la meditación y a la religión, han terminado con los ciclos de vida-muerte-reencarnación y, por lo tanto, su cuerpo ya no necesita ser quemado. El resto de los mortales, se les quema el cuerpo para acelerar ese proceso y liberarse lo antes posible de este ciclo.

Desde la orilla de enfrente pudimos presenciar como estaban quemando un cuerpo, y la verdad es que tampoco me impresionó en exceso, aunque desde nuestro lado no se olía a la carne chamuscada.

A parte de explicarme esto, mi "guia improvisado" también me llevó a conocer una comunidad de Babas que vivía en las inmediaciones del templo. Allí pude asistir como estos hombres estaban pintándose todo el cuerpo con cenizas blancas y otros colores como púrpura y amarillo para que los turístas los fotografiaran. Y es que su modo de vida depende de las limosnas que los fieles y del dinero que les dan los turistas por "posar" para ellos. El resto del día lo dedican a meditar por las mañanas después de haberse fumado un "cigarrito" de mariguana o hachis, y a tomar té por las noches, ya que según me explicó, no comen muchos alimentos. Con una dieta a base de "Maria" y té no me extraña que alcancen la iluminación. Fuera bromas, la verdad es que me recibieron de forma muy apacible, y sus ojos delataban un estado de paz interior y sino juzgad por vosotros mismos en la foto.

Yo estaba como pez en el agua disfrutando de cada momento en este singular lugar, pero a Noe no le apetecía pasar el día de su cumple entre "muertos", así que nos dirigimos a Baktapur. Una ciudad medieval a unos 20 Km al este de Katmandú donde a parte de tranquilidad y sosiego, también pudimos ver como algunos antiguos oficios todavía perduran en países como Nepal. Encontramos la Pottery Square donde estaban amasando la arcilla, haciendo cacerolas de barro y dejándolas secar al aire libre en medio de la plaza.

Por la tarde volvimos al Hotel, y mientras Noe se hacia un tratamiento en el Spa, yo aproveché la oportunidad para salir en busca de su regalo. Y es que después de tres meses juntos, no había tenido muchos momentos solo para comprarlo. Fui alrededor de la Stupa Tibetana de Boudha (foto arriba), ya que está llena de tiendas, y me encontré que había una manifestación pacífica en pro de la liberación del Tíbet. Resulta que el 1 de octubre al 10 de octubre se celebra el 60 aniversario de la República China y el gobierno chino había decidido cerrar la frontera para tenerlo todo controlado y evitar "problemas" de cualquier tipo. Pues bien, me uní a la manifestación que consistía en portar una vela encendida dándo tres vueltas alrededor de la Stupa mientras cantabas el antiguo mantra "OM MANI PADME HUM". Al final se dijeron algunas palabras en tibetano y se terminó con tres gritos un poco ahogados pidiendo la liberación de este país. En realidad, la situación es muy triste y se puede observar en sus caras la impotencia y resignación que siente este pueblo, mientras el gobierno chino destruye día a día sus costumbres, su lugares sagrados y su forma de vidad, imponiendo la cultura china a base de fomentar la inmigración a esta parte del país. Algunos viajeros que nos hemos encontrado en nuestro camino nos ha comentado que en Lasha ya hay más chinos Han que Tibetanos. Debido a este tipo de cosas, de momento hemos decidido no ir al Tíbet y disfrutar de esta cultura en los pocos lugares como Boudha donde parecen que los tibetanos están más libres.

Para finalizar el día, nos fuimos a uno de los mejores restaurantes de Katmandú donde celebramos el cumple de Noe rodeados de un lujo y unas atenciones que ya no estábamos acostumbrados en nuestra vida de mochileros. Pero a lo buenos se acostumbra rápido el cuerpo. Una ensalada de rúcula con calamares y queso parmesano nos hizo volver a occidente en unos instantes. Luego unos solomillos con salsa roquefort regados con un buen vino tinto francés nos termino de llevar en nuestro "viaje" gastronómico. Para finalizar un couland de chocolate hizo nuestras delicias como guinda a nuestra velada. Además, el restaurante le trajo a Noe un pequeño pastel de cumple con velas incluidas para que soplara sus treinta y tantos cumpleaños (ya sabéis que no se puede decir la edad de las mujeres.

FELICITATS MUXITA.

MI CUMPLE

Este cumpleaños, sin duda alguna ha sido muy especial. Cuando empezamos a planear el viaje nos dimos cuenta que tanto Pepe como yo cumpliríamos años muy lejos de casa pero todavía no sabíamos donde. A mi me pilló en Nepal, en concreto en el valle de Kathmandú. Durante la visita al valle, que consta de muchos pueblecitos, decidimos huir de la bulliciosa Kathmandú y nos alojamos en Bodhnath: un pueblecito situado a 4 kilómetros de la capital, donde se respira aire tibetano alrededor de una de las estupas más grandes del Nepal.

Pues bien, amanecimos en Bodhnath y para ese día teníamos planeado una excursión a Bhaktapur, otro de los pueblos del valle. Antes de ir hacia allí queríamos hacer una parada en Pashupatinah, otro pueblecito donde hay una zona con templos y crematorios. Nuestra sorpresa al llegar fue que teníamos que pagar 500 rupias cada uno y teníamos el acceso o a algunos de los templos. De modo que decidimos no entrar e intentar hacer alguna foto del lugar desde fuera del recinto. Ascendimos la ladera de una colina para tener mejor vista y de repente vimos que había unas escaleras que bajaban hasta el río. Decidimos dar un paseo por el río y andando y sin saber muy bien como ,nos encontramos dentro del recinto: nos habíamos colado.
Dado que el universo nos hacía ese regalo decidimos aprovecharlo. Lo primero que vimos fue la zona de los crematorios. Es una zona muy fácil de identificar dada la humarera. Los crematorios están situados al lado del río. Había 4 especie de pedestales. Dos estaban ocupados y otro dos estaban preparados con leña perfectamente amontonada, esperando ser encendida. Los nepalís queman a sus muertos en estas piras funerarias. Mientras los cuerpos arden la família y los amigos se sientan cerca y contemplan la escena. Estuvimos mirando un par de pilas arder con lo que se intuía cuerpos humanos encima. De repente me invadió una sensación de incomodidad. Pepe estaba haciendo fotos y le pedí que parara. Para mí era un momento muy privado de la família y no un espectáculo para hacer fotos. A medida que pasaba el tiempo mi reacción frente todo eso era sobredimensionada. Decidí que no quería ver todo eso el día de mi cumpleaños. Le dije a Pepe que le esperaba fuera y eso hice. Me alejé de todo eso y me sente frente una tienda que todavía estaba cerrada. Pude ver como muchos nepalís me miraban con cara de extrañados al verme allí sola sentada. Yo estaba mucho mejor que frente las piras funerarias y me entretuve viendo monos, monas y monitos. Estaba lleno de estos animales. Me sorprendió ver como a los monos les encantan los huevos. Vi a uno que estuvo más de 10 minutos para comerse un huevo crudo y por lo visto le encantó porque al acabar, ¡se chupaba los dedos y todo! Me entró hambre y recordé que tenía chocolate en el bolso. Así esperé a Pepe que apareció con un señor de unos 60 años que le hacía de guía y le estaba contando con todo lujo de detalles como se preparan los cuerpos para ser quemados y un largo etc. Yo seguía algo nerviosa y conseguí darme cuenta del porqué de mi incomodidad. Para los que sepáis algo de astrología, con este cumpleaños se ha situado Plutón en el ascendente. Plutón es el planeta de la muerte y la transformación. Tuve delante de mis narices esa muerte y lo que hice fue salir corriendo. Por lo menos he podido darme cuenta y tomar buena nota de la lección.

La segunda parte del día fue genial. Nos dirigimos hacia Bhaktapur. Es un pueblecito lleno de calles peatonales, con templos, museos, calles de piedra, tiendas de souvenirs,... Desayunamos en uno de los mejores hoteles. El restaurante estaba llenos de figuras de budas y máscaras en las paredes y mientras desayunábamos podíamos ver a la gente pasear por la calle. Después de reponer fuerzas empezamos a pasear por el pueblecito y nos hartamos de hacer fotos preciosas. Era como un cuento de hadas. Nos encontramos con una pareja de catalanes con los que compartimos la comida en un cutre restaurante, oscuro, sucio y muy barato. Seguramente habrá sido uno de los peores lugares donde hemos comido pero la compañía era buena y los momos (especie de empanadillas hechas al vapor) riquísimos. Después de comer volvimos para Bodhnath, donde estábamos alojados. Me había reservado una tarde de "belleza": limpieza facial y masaje corporal. En total 2 horas de relax.

Al acabar llovía a mares y medio mojados, Pepe me hizo subir en un taxi. Yo empecé con mi pregunta típica: ¿Donde vamos?. Pero no conseguí arrancarle ni una palabra, solo le dijo al taxista: "A Kathmandu por favor. A Cheff Caroline Restaurant". Que misterio. ¿Como sería ese sitio? Después de casi perdernos porque el taxista no tenía ni idea de donde estaba el restaurante llegamos a un recinto flanqueado por varias personas de seguridad. Paseamos por pasillos llenos de tiendas de lujo y al final llegamos al lugar elegido para cenar. El restaurante tenia un patio central abierto, al que no pudimos ir, porque como os he dicho llovía a mares. Nosotros llegamos con nuestros ponchos de color negro largos hasta los pies, mientras había muchas personas de punta en blanco, pero eso hizo la escena todavía más divertida. Todo el restaurante estaba iluminado con muchas velas. Era realmente acogedor.
Elegimos una mesa en una esquina y nos pusieron la carta en las manos. Mmmmm, todo cocina francesa: ensaladas tibias de queso de cabra, tostadas de camembert fundido, quiches lorraines, foie, calamares, lenguado, bacalao, pato, ternera, cerdo,... y un montón de productos difíciles de encontrar en Asia. Pero lo mejor estaba por llegar y es que tenían una amplia carta de vinos blancos y tintos. Nos pedimos un Merlot del 2007 francés. Cuando nos sirvieron la comida brindamos con el vino y disfrutamos de una velada muy especial. A la hora del postre el camarero apareció con un pastel de limón y una velita mientras Pepe me cantaba el "happy birthday to you". Emocionante. Al lado del pastel había un paquete envuelto que contenía una pulsera regalo del restaurante. El broche fue el anillo de ambar que me regaló Pepe.

Disfruté mucho de mi día. Después de una fase llegaba otra mucho mejor. Es similar a un proceso de muerte y transformación, donde dejas ir cosas viejas para que puedan llegar otras nuevas y mucho mejores.

Quiero agradecer a todos aquellos que me felicitásteis tanto por sms, como por mail, como pronto, como tarde. Ha sido muy bonito ver que aunque estamos lejos, estamos cerca.