lunes, 23 de noviembre de 2009

LIJIANG

Ayer llegamos a Lijiang sobre las 12 y nos costó cerca de una hora encontrar la Mama Guest House y es lo más fácil que te puede pasar por las empedradas calles de Lijiang es perderte. Es como un laberinto de calles, riachuelos, puentes y tiendas que parecen todas vender lo mismo, aunque si te acercas a ellas te das cuenta que no. Es un pueblo muy bonito donde todas las cosas siguen una arquitectura típica de la etnia Naxi con pilares, paredes y puertas de madera, tejas rojas en los tejados y patios interiores con sus jardines Zen que son la envidia de toda la China. No obstante, es demasiado turístico para mi gusto porque vayas donde vayas, y vayas a la hora que vayas siempre está lleno de chinos haciéndose la típica foto. Es increíble.

Ayer por suerte nos perdimos por la callejuelas y al final fuimos a parar al mercado auténtico de la ciudad con sus puestos de verduras frescas como las lechugas, las coles, las berenjenas, los calabacines, las espinacas, las zanahorias, etc. También unas frutas exquisitas como mandarinas, granadas, peras, manzanas, sandía,... Y lo más sorprendente de todo es que eran muy, pero que muy grandes. Y si no juzgad por vosotros mismos en la foto.

También había cacerolas, mantas, pescado, marisco, frutos secos, especias, carne y algo que no me esperaba encontrar fuera de España... jamón. A punto estuvimos de comprar pero nos entró el "tembleque" de comer carne curada fuera de casa y decidimos no tentar a la suerte.

Hoy nos hemos levantado pronto para hacer la visita al Parque del Estanque del Dragón Negro (Heilongtan Gongyuan). Al entrar al parque ya te quedas boquiabierto con la panorámica de un puente blanco, un templo y una pequeña marquesina que se reflejan sobre las cristalinas aguas del estanque acompañadas por la Montañas Nevadas del Dragón de Jade (Yulong Xueshan) como telón de fondo. Pero esto no es nada si lo comparas con los maravillosos rincones que esconde el parque con sus árboles vestidos de colores otoñales reflejados sobre las aguas.

Además a medida que te adentrabas más y más en el parque, te invitaba a estar como muy hacia dentro dejando que la armonía, limpieza, energía, tranquilidad y paz se fueran apoderando de todas y cada una de las células de tu cuerpo. Al parecer, todos los elementos de este parque están escogidos para alcanzar esa armonía entre la Naturaleza y el Hombre que reza el espíritu de "Sangri-La".

Hay algunas fotos más aquí.

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