jueves, 14 de junio de 2012

DIARIO DE A BORDO

Me acabo de despertar y estamos a 1.47h de Bogotá. Llevamos volando más de 9 horas. Ahora mismo estamos sobrevolando el espacio que hay entre Santo Domingo y Caracas, estamos sobrevolando Maracaibo, Aruba,… lo estoy viendo en el plan de vuelo que tengo en la pantalla frente a mí. Son nombres tan exóticos que se me hace raro tenerlos tan cerca bajo mis pies. Nos quedan 1.258 km para llegar a nuestro destino. 

El día nos ha acompañado todo el viaje porque le ganamos tiempo al día: Cronos, hemos conseguido arañarte unas horas. Pero ahora el cielo ha oscurecido y por la ventana se ve una preciosa mezcla de azul cielo y azul índigo. Clara y Pepe están durmiendo y es que nos han puesto en 1ª clase y no tiene nada que ver con viajar en clase turista. Y todavía más en un vuelo tan largo. Los asientos son enormes y el espacio más que suficiente. Nos han ofrecido aperitivos de bienvenida, cena con cóctel, entrantes, postres, café con galletas y ahora se oye a las azafatas preparar más cosas. Como diría mi buena amiga Mónica: “¡Que no falte de ná!”. Los asientos se reclinan totalmente como una cama y tienes una pantalla con canal de televisión, películas, juegos, música, entretenimiento para niños,… en fin, de todo para que el viaje sea muy confortable. 


Cuando lleguemos serán las 20.00h, hora local. Para nosotros las 03.00h de la madrugada. Ya nos queda poco para poner los pies en esta tierra tan próxima al ecuador. Hasta ahora todo nos sonríe. Ayer mismo encontramos inquilina para nuestro piso, nos han devuelto el dinero de hacienda, tenemos piso preparado en Bogotá y no tenemos que ir a un hotel y además nos llevan en business class. De manera que nos sentimos bendecidos por Latinoamérica. 

Miro una y otra  vez el plan de vuelo y veo lo lejos que estamos de casa y casi no me lo creo. En Bogotá crearemos una nueva casa, un nuevo hogar, lejos de nuestra gente, pero venimos con ganas de vivir la experiencia y empezar un nuevo inicio.


En el menú he leído estas palabras que me han encantado porque creo que definen a la tierra en la que vamos a vivir y quiero compartirlas con vosotros:

"SABORES DE COLOMBIA:
Colombia huele a flores, mar y montañas.
Colombia sabe al café de la mañana y frutas refrescantes en tardes de sol.
Olores y sabores que brotan de una tierra fértil y perduran en la memoria.
Productos exóticos y siempre frescos, que se combinan en deliciosos platos para que disfrute en el cielo lo mejor de la tierra colombiana. "

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