jueves, 24 de diciembre de 2009

VOLCAN EN ERUPCIÓN



Gunung Batur Area es una zona como un inmenso bowl donde en el fondo está cubierto un lago y alrededor hay un conjunto de volcánes, algunos de los cuales todavía están activos. El más importante y se llama Gunung Batur cuya altura es de 1717m sobre el nivel del mar. El paisaje no tiene desperdicio porque mientras en las zonas más altas y las laderas del volcán están cubiertos por una tierra negra producto de la lava que fluyó en su día, en las zonas más bajas se extiende el lago Danan Batur donde los campensinos han aprovechado su tierra “virgen” para sembrar campos enteros de hortalizas.

De hecho, la mayor atracción de la zona es ver la salida del sol desde lo alto del volcán Gurung Batur, mientras la silueta de la montaña Gunung Abang situada justo enfrente se refleja sobre las cristalinas aguas del lago.


A pesar de ser una de las atracciones más turísticas de Bali, también es una de las más peligrosas (y no solo por el volcán). El volcán ha tenido más de 20 errupciones desde 1824, cuatro de las cuales han sido terriblemente devastadoras. La última de las cuales tuvo lugar en 1963 y la de 1926 hizo desaparecer por completo el pueblo de Batur que se hallaba originalmente en la ladera del volcán. Ahora ha sido reconstruido en una lugar un poco más apartado. El volcán está considerado activo, sobre todo la parte más este donde hay algunas chimenas que sueltan todavía bocanadas de humo y también hay algunos pozos por donde rezuma el azufre. No obstante, si vas a la zona turística el camino está bien indicado y no tienes porque más problemas que algún trocito de piedra volcánica entre en tus zapatos.

Aprovechándose del peligro que ello supone, hay una organización llamada HPPGB (Mt Batur Tour Guides Association) que se encarga de organizar las excursiones a lo alto del volcán. De hecho tiene una especie de monopolio montado que “literalmente” prohíbe que ninguna persona pueda acceder al volcán sin un guía de dicha asociación, y como os podéis imaginar el guía no sale barato. Para que os hagáis una idea, gana lo mismo un guía en unas 4 horas que dura la excursión que un camarero del Hotel Meliá de Bali en una semana. No está nada mal, ehhh. Nosotros después de preguntar en nuestro hotel e incluso ir a dicha organización nos percatamos de que iba la historia. Allí nos “informaron” que era una zona de mucho peligro y que incluso en el 2000 murieron dos turistas que iban solos, enseñando las fotos del suceso. Todo ello para ponerte el miedo en el cuerpo, es increíble como funcionan. Nosotros decidimos NO PASAR POR EL ARO, e ir por nuestra cuenta.



Como os podéis imaginar, para ver la salida del sol desde lo alto se tiene que madrugar un poco ya que el sol sale sobre las 6:00 am y hay más de una hora de ascensión por un sendero de rocas volcánicas en plena noche. Así que a las 4:30 ya estábamos en pie, listo para nuestra ascensión en solitario. Cogimos la moto para acercarnos a un pueblo llamado Songan cerca de la ladera norte del volcán donde la ascensión, aparte de ser más segura, también resultaba más corta. Durante el trayecto, se nos acerca otro motorista y nos pregunta dónde íbamos, como si le importara. Nosotros nos hicimos los suecos y no le respondimos. Pero el tío de la moto empieza a seguirnos, yo, entonces, reduzco la velocidad para que pasara. Pero el tío, se acerca a nuestro lado y nos dice de muy buenas maneras, al principio, que le siguiéramos que él nos conduciría hasta el parking donde comienza el sendero de subida al volcán. Yo ya había leído esto en la guía, y es que los guías de HPPGH también circulan por la noche para interceptarte por si intentas subir al volcán por tu cuenta.


Nosotros le decimos que sólo queremos hacer unas fotos de la salida del sol y que no necesitamos guía para eso. Entonces, el tio ya empezó a ponerse “borde”, diciendo no estaba permitido subir solos al volcán y que necesitábamos un guía para ello, pagando la costosa tarifa de sus servicios. Nosotros le dijimos que ya lo sabíamos, pero que nuestra intención solo era hacer algunas fotos, sin subir al volcán. Todo ello para conseguir que el hombre se fuera, dejándonos en paz para disfrutar de la salida del sol. Pero entonces, empezó lo peor. El tío empezó a seguirnos con la moto, a menos de 2 metros de distancia. Nosotros sin conocer el camino y en media penumbra, nos orientamos y llegamos al sitio donde empezaba el sendero de ascensión al volcán, donde ya habían una buenas vistas para hacer fotos de la salida del sol, aunque solo estábamos a medio camino. Entonces paramos la moto para hacer las fotos, pero entonces el tío se bajo también de la moto y empezó a amenazarnos que incluso para estar en aquella zona, un sitio lleno de casas de campesinos y sus campos de cultivo, necesitábamos el guía. Nosotros le respondimos que estábamos en un país libre, y que para ir por un camino público no necesitábamos de un guía, y sino no era así que llamara a la Policía. Entonces el tio se puso todavía más agresivo, explicando que él era un guía oficial y que las normas “obligaban” a subir con guía. Pero realmente estas son sus normas, las normas impuestas por esta “banda de mafiosos” que opera en la zona a sus anchas.

Nosotros le expusimos que si era una atracción turística el gobierno debería cobrar una entrada, como en muchos otros sitios, y después los turistas debería poder “elegir” si van con guía o sin. Pero en ningún caso, obligar a contratar unos servicios que realmente no necesitas. Realmente, todavía no dejo de preguntarme como el gobierno está consintiendo este últraje a los turistas.

Yo hubiera seguido subiendo a ver hasta donde era capaz de llegar aquel energúmeno. Pero Noemí, con un poco más de cabeza, me insistió en quedarse en aquel punto donde también podíamos disfrutar de la salida del sol. Así que nos quedamos a medio camino, sacamos nuestro pequeño picnic y empezamos a desayunar mientras el sol ya hacía rato que despuntaba en la lejanía por encima de una barrera de nubes que le bloqueaban el paso, como a nosotros nos lo bloqueaban también. Al final, el susodicho se cansó y se fue, amenazándonos que estaría hasta la tarde vigilándonos para asegurarse que no subíamos solos. Y con esta última amenaza se fue cual volcán en erupción.


En aquel momento, yo hubiera reiniciado nuestra ascensión hasta la cima. No para ver si éramos capaces de llegar (que lo éramos), o para tener algún altercado con algunos de estos mafiosos (que no recomiendo a nadie), sino para demostrar que se puede subir en libertad a este excepcional lugar, contribuyendo poco a poco que este cartel se vaya desmantelando. No obstante, Noemí volvió a insistir en dejar correr el tema. Y así hicimos.

Después de desayunar y disfrutar algunos momentos en completa soledad de la salida de sol, decidimos darle a vuelta al volcán surcando una pequeña carretera que pasa por varios pequeños poblados que, desafiando el peligro, se hallan en la ladera norte del volcán. En esta zona pudimos observar una gran extensión negruzca de lava volcánica solidificada, con algunos pequeños conos de volcanes que en su día expulsaron la lava. En algunos puntos la ladera presentaba una desolación típica de un paisaje lunar, grietas y cráteres sin rastro de vegetación.

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