domingo, 20 de diciembre de 2009

PERMUTERAN EN TRANCE


Esta mañana, a pesar de poner el despertador pronto para meditar, no le he hecho mucho caso permitiéndome dormir un poquito más. Después de un desayuno reconfortador, he tenido que ir a Seririt para sacar dinero ya que hemos tenido uno de esos despistes que uno tiene cuando no conoce el terrena ya que nos pesábamos que en Permuteran, siendo tan turístico como decía la guía, habría ATM de sobra. Pero nos hemos dado cuenta que no es tan turístico como pensábamos, por suerte, y también por desgracia porque he tenido que hacer 70Km con la moto para abastecernos de esos papeles tan insignificantes y al mismo tiempo tan valiosos en nuestra civilización.

Después hemos alquilado dos pares de aletas y unas gafas de bucear para hacer snorkel en la playa. Cerca de nuestro hotel, hay un pequeño arrecife de coral “semiartificial” donde habitan peces payas1os, nemos con sus anémonas, estrellas de mar de color azul eléctrico, conchas y un sinfín de peces de colores vivos y llamativos que no alcanzan a identificar mis escasos conocimientos marinos. No obstante, no hace falta ser un experto para maravillarte ante tal impresionante espectáculo marino. Yo incluso me he permitido el lujo de bajar algunos metros en las profundidades para ver de más cerca esta vida tan diferente a lo que los ojos están acostumbrados a ver.


El esfuerzo ha sido considerable y teníamos que reponer fuerzas, así que hemos decidido darnos un LUJO en Bali y hemos aposentado nuestro trasero en el Hotel Atmelar. Allí hemos tomado un Martini y un zumo de Papaya dentro de la azul piscina mientras mirábamos el mar. Luego nos han traído una ensalada de calamares para empezar y el atún a la plancha y el Goda-Godo (plato típico de Bali hecho con tofu, temphe y verduras con una salsa de cacahuetes). Luego hemos tenido que movernos solo unos metros para llegar arrastrándonos a las acolchadas hamacas para hacer una apacible siesta. Por la tarde, un poco más de snorkel y disfrutar de la piscina como dos enamorados. Y por último nos hemos acercado al templo Pura Pulaki para ver como el cielo va cambiando de colores rojos vivos, a rosados, para finalizar con violáceos y azules grisáceos en la puesta de sol con la bahía de fondo. Me encanta estas horas del día porque todas las cosas toman un color rosado.



Pero el día estaba lejos de terminar. Después de cenar y llegar al hotel, hemos escuchado una música que nos ha llamado la atención. Así que hemos vuelto a salir y hemos encontrado que un grupo de gente del pueblo estaba celebrando una ceremonia. Hemos visto varias danzas tradicionales de Bali donde bailarines bastante jóvenes estaban engalanados con atuendos dignos de reyes con vestidos dorados y coronas. Las danzas consistían principalmente de movimientos de las manos con los dedos completamente estirados y haciendo mudras, y la cabeza la movían como si fueran egipcios. A mi he ha recordado a un danza que vimos en Mysore, Vietnam mezcla con el Katakali de Kerala, India. Puede que los orígenes sean los mismos porque en ambos lugares, al igual que en Bali, predomina la religión Hinduista. La música procedía de varios xilofones, platillos, bongos y una especie de platos anchos de bronce que precaucionaban con madera. Dado los instrumentos era más bien una música metálica y al mismo tiempo inarmónicamente rítmica. La verdad es que es difícil de describir. Pero más difícil de describir es lo que hemos presenciado a continuación. Sin dejar de sonar la música, la gente se ha puesto a bailar en medido del círculo y de repente hemos visto como algunas personas empezaban a retorcerse y a convulsionar como si tuvieran un ataque de epilepsia, aunque realmente lo que pasaba es que estaban en trance. Acto seguido a estas personas se les ha entregado una especie de espada sagrada cuya vaina y empuñadura eran de madera, pero su filo era de metal. Con la espada en la mano y con los ojos cerrados se movían por todo el círculo a rítmico de la estrepitosa música mientras una persona cuidaba para que no hiciera nada a nadie. Muchas veces, cuando la música aumentaba de ritmo y estruendo, se apoyaban la espada sobre el pecho y empezaban a presionar con todas sus fuerzas como si quieran calvársela, aunque cuando la retiraban no había marca de sangre por ninguna parte. Después de varios minutos en trance y intentar clavarse la espada varias veces, las personas poseídas caían exhaustas y eran acompañadas para que descansaran dentro de la casa. Al mismo tiempo, la espada se volvía a enfundar y se retiraba al templo donde era bendecida de nuevo para que otra persona en trace pudiera utilizarla.

Nosotros hemos asistido a tan dantesco espectáculo más de 40 minutos y alrededor de 15 personas han entrado en trance. Al principio nuestros ojos no daban crédito a lo que veíamos, y nuestros semblantes serios y preocupados contrastaban con sus sonrientes caras cada vez que una nueva persona entraba en trance. Algunas de ellas eran mujeres mayores que cuando bailaban tenían la fuerza y agilidad de adolescentes.

Cuando hemos vuelta al hotel, el propietario nos ha explicado que es una ceremonia que se hace en honor a Kala (Kali, diosa de la destrucción en el Hinduismo ) donde han sacrificado a un cerdo, a un perro y a una cabra negra. El baile es parte de la ceremonia que sirve para limpiar y dejar el área despejada para la nueva pareja que se casará. O sea que todo esto, es una ceremonia previa.

También nos ha explicado que desde el templo Pura Pulaki hasta Luang Palang es una zona sagrada donde antiguamente vivían muchos tigres balines, ciervos y otros animales salvajes, que en actualmente ya no habían en este Parque Natural debido al abuso humano de los recursos que antes existían.

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