domingo, 8 de noviembre de 2009

BEIJING Y SUS MARAVILLAS


Los primeros días estuvimos en Beijing visitando los lugares "típicos" como "El Templo del Cielo y la Tierra (arriba), La plaza de Tiananmen, La Ciudad Prohibida, Parque de Jingshan , El palacio de Verano, La Gran Muralla de Badaling y el Templo de los Lamas.

Un mito que se me ha caído en esta visita es la "inmensidad" de la Plaza de Tiananmen (arriba) ya que no me pareció tan grande como me la imaginaba. No se si fue por una enorme pantalla panorámica instalada en medio de la Plaza que la ocupaba de punta a punta mostrando fotografías de la "maravillosa" china para visitar, y es que nos hemos dado cuenta que en China todo es inmenso. Las ciudades, las distancias, las tiendas, las frutas y verduras, los mercados, las montañas, ... todo es grandioso, es como si tuvieran una necesidad imperiosa de ser los número 1 en todo.

El Palacio de Verano es uno de los sitios más bonitos de Beijing, y si se tiene la suerte de ir a última hora de la tarde, también se puede disfrutar de un magnifico y tranquilo paseo entre los otoñales sauces llorones de color ocre mientras se pone el sol. Nosotros tuvimos suerte, ya que aunque al principio había una "marabunda" de chinos con sus super-cámaras (riánse de los japoneses, ya que en esto también estan poniéndose las pilas) haciendo fotos a todo las construciones, cuadros o estátuas del templo. Y es que tiene una gracia natural para posar en todas las fotos con el simbolo "V" de victoria en sus manos.

La misma "marabunda" nos encontramos en "La Gran Muralla China" que a punto estuvo de derribar otro mito en mi mente como una de las maravillas del mundo. Suerte que elegimos un recorrido por sus agrestes subidas y sin un funicular cerca no había más que algunas almas en busca de un momento de quietud y calma en tan maravilloso lugar. Y es que podías ver como la serpenteante muralla salía y se escondía, para volver a salir montaña tras montaña hasta perderse de vista en el horizonte. Es un lugar que recomiendo visitar, pero hay que elegir bien el lugar (ya que hay varios puntos) y el recorrido.

El último día en Beijing disfrutamos de la tranquilidad y la paz que se respira en el Templo Budista de los Lamas y es que esta paz no se respira en ninguna de las maravillas anteriormente mencionadas.

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