viernes, 13 de noviembre de 2009

HOT SPRINGS: TODO UN LUJO

Hoy me he dado un regalo para el cuerpo y la mente. A las 14.00h he ido a unos baños termales que están en Emei, el pueblecito donde estamos. He podido disfrutar de algunos lujos que no tenía desde que empezamos nuestra aventura viajera:
- Un albornoz. Parecerá una tontería pero ponerse un albornoz cuando sales de la ducha es un gusto y todavía mas en invierno. Nosotros llevábamos unas toallas de viaje que compramos en el Decathon. No las habíamos usado mucho en India ni en Nepal porque íbamos a hoteles donde había toallas, pero en China el sistema barato de alojamiento son dormitorios comunitarios y claro, no hay toallas a no ser que las alquiles. Nuestras flamantes toallas de Decathlon se quedaron en el primer hostal de Beijing. Las dejamos colgadas en un sitio para que se secaran y las olvidamos. Desde entonces yo me vengo secando con una toalla de viaje pero tamaño mini, un pañuelo muy fino que no seca nada y con toallas que he ido "tomando prestadas" de los hoteles que aparte de dormitorio comunitario también tienen habitaciones normales y por tanto toallas.
En una de estas ocasiones, me pillaron con las manos "in fraganti". Me colé en una habitación y cogí una toalla de baño. Fui corriendo a nuestro dormitorio y la escondí dentro de la mochila para que no la viera nadie en caso de entrar en la habitación. La quería usar por la noche cuando nos ducháramos y luego devolverla. Nos fuímos de turismo y al volver por la noche al hotel, en recepción lo primero que me pidieron fue que devolviera la toalla. Yo me hice la loca, claro. No podían saber que yo tenía una toalla a no ser que hubieran mirado dentro de mi mochila. Bueno eso pensé yo, pero había una cosa que se me escapaba y es que había una cámara que había captado toda la escena. Le enseñaron a Pepe el vídeo y efectivamente ahí estaba yo, entrando de "estrankis" en la habitación y al salir mirando hacía los dos lados del pasillo. Vamos, pillada padre. Que novata. Total que nos duchamos y la devolvimos. Je je. Bueno la devolvió Pepe. Aunque yo iba toda digna con la cabeza bien alta para disimular la enganchada. Desde entonces el tema de secarse es algo precario, por tanto poder secarme con un albornoz ha sido genial. Además he usado 3 toallas mas: una para el pelo, una para los pies y otra por si acaso.

- Gel de ducha. No os penséis que no nos duchamos, ¿eh? Solo que siempre que viajamos cambiamos el bote de gel de ducha por la pastilla de jabón. No pesa, no abulta y sirve para lo mismo. En India descubrimos unos jabones ayurvédicos muy buenos y hasta ayer todavía nos quedaba. Pero el gel de ducha, lo echaba de menos, cremoso, suave, con dosificador,... Creo que no había gastado tanto gel en mi vida.

- Secador. Desde que empezamos el viaje el pelo nos lo hemos secado al aire. A mi tampoco me ha hecho falta secador ni cepillo porque con un pelo cortado al 2 cada pelo queda perfectamente en su sitio y siempre vas impecable, pero ahora ya empiezo a tener una medida que permite que cada pelo campe a sus anchas. ¡Así que he podido domarlos un poco y llevo un peinado que ni Llongueras!

- Un baño de agua caliente. Que ni decir cabe que no vemos bañeras ni por asomo. Siempre nos damos una ducha y en algunos lugares hemos tenido que dar gracias que tuvieran agua caliente. Hoy he podido sumergirme en agua calentinta y ha sido una sensación muy agradable que hacía tiempo que no tenía. Incluso he hecho un rato de aqua-gym. Je, je.

- Un espejo. En muchos de los hoteles que vamos no hay espejos, o son pequeños o no hay luz. Hoy me he visto reflejada en un espejo con todo de bombillas alrededor. ¡Como una artista! Que bien poder mirarte de cuerpo entero. Por cierto, tengo que hacerme las cejas...

Bueno, estos son algunos de los pequeños e insignificantes lujos que tenemos todos en casa, y que muchas veces no valoramos; pero que se convierten en grandes lujos cuando uno viaja como lo estamos haciendo nosotros. Así que tenerlo en cuenta y pensar un poco en nosotros,...

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