lunes, 30 de noviembre de 2009

DUO XIE CHINA

Cuando planeamos nuestra aventura por el mundo incluimos China en la lista. Personalmente me encanta ir descubriendo algunas de las maravillas del mundo y la Gran Muralla China era una de ellas. Cuando todavía estábamos en India pero ya nos faltaba poco tiempo para aterrizar en Beijing, descubrimos que no teníamos esos "nervios" por descubrir el país. En concreto era mas Pepe quién estaba algo desganado. En numerosas ocasiones me hizo prometer que le llevaría a ver ríos, montañas, templos,... y yo no me cansaba de repetirle que en China había de todo y mucho. En ese momento hablaba sin conocimiento de causa, claro.

Hemos estado 1 mes en China y día tras día hemos ido descubriendo cosas nuevas y muy distintas unas de otras. La variedad ha sido lo que ha marcado el viaje. Empezamos en Beijing y disfrutamos de sus monumentales edificios como la Gran Muralla China, la Ciudad Prohibida, el Templo de los Lamas, la Torre del Tambor, la torre de la Campana, y un sin fin de maravillas. También pudimos deleitarnos con las acrobacias chinas y empezamos a probar la excelente cocina china.
Después pusimos rumbo a Datong para ver las cuevas de Yungang y el Monasterio Colgante. Tuvimos la primera perspectiva de la excelente mezcla entre la mano del hombre y la naturaleza.
Nuestra siguiente parada fue Wutai Shan. En ese monte budista nos alejamos de las multitudes y pudimos relajarnos entre templos y montañas sagradas.
Tras una noche en un tren nocturno llegamos a Pingyao. La emoción iba en aumento. Calles adoquinadas sin tráfico, dentro de una muralla que todavía sigue intacta después de tantos años. Pequeños hoteles, tiendas de souvenirs y restaurantes con farolillos rojos colgando en sus fachadas fueran otros regalos para nuestros sentidos.
¿Qué decir de Xian y de sus Guerreros de Terracota? Nos sentimos pequeños y algo intimidados entre tantos soldados valientes y fuertes dispuestos a morir por su emperador. Llevan años en formación e inmóviles y tuvimos la suerte de que seguían estándolo cuando los fuímos a visitar. Quien sabe si un día deciden moverse...
Cuando llegamos a Chengdu con la intención de ver los osos panda no teníamos muy claro si íbamos a ver mas de dos. Según nos habían comentado y habíamos leído el oso panda es muy esquivo. El día amaneció radiante y los osos decidieron salir todos a desayunar frescas hojas de bambú. Fue genial poder ver a muchos de ellos retorzar, comer, rascarse la barriga y jugar con sus amiguitos.
De camino a Kunming paramos en Leshan para poder ver el Buddha mas alto del mundo de 71 metros y probar la famosa cocina de Sichuan. Después fuímos a Emei Shan, donde hay otra de las montañas sagradas budistas. ¡El tiempo nos bendijo con una nevada enorme en la cima!
Nuestra llegada a Kunming fue de lo mas normal, pero el día que dedicamos a ver el Bosque de Piedra en Shillin fue especial. Estábamos frente un bosque lleno de "árboles" duros e inmóviles. Pudimos perdernos entre sus "raíces" y descubrir pasadizos secretos y profundos.
Luego pusimos rumbo al sudoeste: Dali nos esperaba con un sol brillante y una temperatura mucho mas agradable. Las calles medievales y la cocina de Yunnan nos recibieron con mucho cariño. En Lijiang el tiempo nos seguía acompañando y eso nos ayudó a tener unas fotos increíbles del Parque del Estanque del Dragón Negro. Una maravilla donde perderse durante horas.
La penúltima parada en Shangril.la ha sido nuestra visita al "Pequeño Tibet". Las estepas tibetanas, sus gentes y sus cocina han estado a nuestro alcance. Como último paso hemos estado en Jingdong. Ha sido un poco parada obligada dado que para llegar a Laos viene de paso. La excusa ha sido perfecta para darnos un lujo con una cena Thailandesa y pegarnos ¡una fiestuki! La primera en cinco meses.
En unas horas partimos rumbo al sur para alcanzar la frontera de Laos.
Día tras día, China nos ha ido regalando paisajes, monumentos, experiencias y anécdotas con los lugareños. Lo que parecía ser un país aburrido se ha convertido en uno de nuestros mejores viajes. La barrera del idioma no ha hecho mas que acercanos al pueblo chino. Han derrochado amabilidad y simpatía con nosotros. La variedad y excelencia de su cocina también nos ha hecho vivir muy buenos momentos. Nosotros hemos huído en la medida de lo posible de las grandes ciudades y hemos descubierto la maravilllosa China rural.
Por todo ello quería dar las gracias de todo corazón a este gran país. No tenemos mas que palabras de agradecimiento por lo bien que nos ha tratado. Siento cierta tristeza por tener que irme ya que hay muchisimo mas para ver. Pero como buena viajera, tengo la incógnita de todo lo que está por venir en Laos,...

DUO XIE CHINA!!

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