viernes, 10 de julio de 2009

LAS COSAS SIMPLES SUELEN SER LAS MEJORES

09 de julio de 2009

Ayer llegamos a Kushalnagar. Es la ciudad más pequeña en que hemos estado hasta el momento, cosa que se agradece. Los lugarenos son gente muy amable. Ayer cuando llegamos era de noche y decidimos hacer una breve exploración. Que gran decisión porque hicimos un par de descubrimiento culinarios dignos de mencionar.

Encontramos un puestecito en la calle donde hacían patatas fritas. Pero auténticas patatas fritas: un señor con un gran "perolo" lleno de aceite hirvieno cortaba patatas con una mandolina. Después les ponía sal o especies, a gusto del consumidor. Nosotros nos paramos a hacer la foto de rigor mientras el dueño nos miraba con cara de circunstancias, como suele suceder. Le dijimos si nos las dejaba probar y mmmm, compramos una bolsa y costaba creer que una cosa tan sencilla estuviera tan bien hecha y tuviera tan buen sabor. Para ser perfecto solo hubiera faltado unas aceitunitas sevillanas, unos mejillones en escabeche y una cervecita bien fría.


El segundo descubrimiento fue algo más dulce: miel. Mientras comprábamos una botella de agua vimos unas botellas estilo Soberano Osborne llenas de un líquido ocre. Parecía orujo de hierbas, pero dada las pocas posibilidades de que lo fuera preguntamos que era. El chico nos dijo: ¡¡Pure honey!! Ya lo creo. Nos dejo trobar la miel poniéndonos un poco en la palma de la mano y mientras lamíamos ese manjar divino, Pepe y yo nos miramos pensando: ¿compramos? Pero enseguida nos dimos cuenta que era imposible cargar con semajante botellón. En 1 minuto nos imaginamos la miel combinada de mil formas: con leche de soja calentita, sobre una rebanada de pan recien tostada, en un pastel,... Tuvimos que volver a la realidad del momento y dejar tras nosotros esas botellas rellenas de oro líquido hasta una nueva ocasión.

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